El gas natural es la única alternativa económicamente rentable a los combustibles convencionales en el transporte pesado y la solución a la contaminación ambiental a corto plazo, aseguran los expertos. Entre sus ventajas destaca la abundancia de este recurso en todo el planeta, que facilita su disponibilidad y su facilidad para el transporte marítimo gracias, entre otras cosas, a la reducción del volumen frente a su estado gaseoso y más respetuoso con el medioambiente.
Por eso el sector apuesta cada vez más por sustituir los envíos a través de gasoductos por los de Gas Natural Licuado (GNL) por mar o tierra. Se trata de un tipo de transporte más competitivo y seguro para largas distancias debido a las diferencias del precio entre distintos mercados y la reducción del riesgo de interrupción de suministro. Pero el gas en fase líquida (enfriado a –160°C), conocido como Gas Natural Licuado, conlleva un complejo proceso de licuefacción, almacenamiento, envío y regasificación, que pese a haber avanzado tecnológicamente, aún tiene mucho camino por recorrer.
Aunque el GNL todavía representa el 20 por ciento del gas transportado, frente al 80 que circula por los gasoductos, según BP Statistical Review 2016, este combustible tiene un papel cada vez mayor en la matriz energética de los países. Tal como destaca Gas Natural Fenosa, “el gas natural puede jugar un papel decisivo en el mix energético de la UE para lograr un sistema más descarbonizado, a través de iniciativas como la cogeneración en las industrias y en el sector residencial”.
Las previsiones apuntan a un aumento de las exportaciones globales de GNL de 45 por ciento entre 2015 y 2021, según el Medium Term Market Report de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) y la incorporación de nuevos suministradores que competirán con los tradicionales. “En los últimos años el shale gas ha supuesto una revolución en el comercio internacional de gas natural, la puesta en el mercado de nuevas reservas de gas natural comportará un crecimiento del mercado de GNL.
Países como Estados Unidos pasarán de ser países importadores de gas a países exportadores. Australia es un país de grandes consumidores de gas natural licuado, que también cuenta con un gran potencial como país exportador y ya tienen en proyecto varias plantas de licuefacción para exportar GNL. Entre los grandes consumidores de Gas Natural Licuado podemos citar como ejemplo a Asia”, afirma Marta Margarit, secretaria general de la asociación española Sedigas, pero los ciclos están cambiando.
En 2015, el comercio mundial de GNL alcanzó 244,8 millones de toneladas, según datos de la IGU (International Gas Union), frente a las 241 del año anterior. “Esta cifra sitúa a 2015 como el mejor año para el comercio de GNL en la historia de la industria y el aumento por encima del máximo anterior de 2011. Aunque no se sumaron nuevos exportadores al mercado el año pasado, varias nuevas plantas enviaron sus primeros cargamentos, contribuyendo con seis millones de toneladas de nuevo suministro. Cuatro nuevos mercados: Egipto, Jordania, Pakistán y Polonia, comenzaron a importar GNL en 2015, con lo que el número de importadores de GNL llega hasta los 33 países”, aclara Margarit.