El valor del recurso podría bajar un 25%
Quedó disuelto uno de los dos grupos económicos que dominaba el negocio y ahora se espera una fuerte caída en el precio del mineral. En la Argentina la noticia podría repercutir sobre el futuro de Potasio Río Colorado.
Uno de los dos grupos económicos que dominaba el negocio del potasio a escala global, la Belarus Potash Company (BPC), acaba de disolverse luego de que el mayor productor mundial, la empresa rusa Uralkali, abandonara el cartel por disidencias con su socia, la bielorrusa Belaruskali.
Para los especialistas, que anticipan una inevitable caída en el precio del mineral, la decisión es equivalente a que Arabia Saudita deje la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Hasta su ruptura, el joint venture BPC representaba un 43% de la producción de cloruro de potasio en todo el planeta. Y en conjunto con el cartel norteamericano Canpotex –propiedad de Potash Corp of Saskatchewan, Mosaic y Agrium– la participación trepaba a un 70%.
La disolución obedeció a acusaciones cruzadas. Según el CEO de Uralkali, Vladislav Baumgertner, la firma bielorrusa realizaba ventas por su propia cuenta, lo que violaba los términos del acuerdo. En contrapartida, el CEO de Belaruskali, Valery Kiriyenko, declaró que era la organización rusa la que actuaba de ese modo.
El nuevo panorama añade una dosis adicional de incertidumbre al futuro del proyecto Potasio Río Colorado, en Malargüe (Mendoza), que Vale dejó en stand by por problemas de financiamiento. La minera brasileña contrató a Techint para que se encargue de las tareas de seguridad y cuidado ambiental en las instalaciones mientras dure la suspensión del emprendimiento. Se trata de un contrato por $ 40 millones durante los próximos dos años. Y si bien inicialmente trascendió que la compañía conducida por Paolo Rocca retomaría los trabajos de construcción de la planta de procesamiento, el Gobierno mendocino desmintió esa versión.
Lo cierto es que Vale quiere desprenderse de la totalidad de la obra o, al menos, de un porcentaje significativo. En ese sentido, ya entabló conversaciones con empresas argentinas, canadienses y chinas, que incluso enviaron representantes a Mendoza para interiorizarse sobre los detalles de la iniciativa. La gran duda es si el interés de éstas seguirá en pie ante el nuevo escenario internacional.
Las repercusiones
Apenas conocido el derrumbe del cartel, los mercados reaccionaron –como era previsible– de la peor forma: los títulos de Uralkali registraron una caída de más de un 14% en la Bolsa de Moscú, lo que obligó a la empresa a suspender sus transacciones, mientras que las acciones de Potash Corp of Saskatchewan, Mosaic y Agrium se depreciaron un 16%, un 17% y un 5%, respectivamente.
En cuanto al precio del potasio, distintos analistas anticiparon una baja de hasta un 25%. Así, la tasación del recurso, que hoy se sitúa cerca de los u$s 400 por tonelada, descendería por debajo de los u$s 300. “En realidad, todo dependerá de cuánto Uralkali pueda bajar precios en la medida en que efectivamente esté en condiciones de producir y vender a su máxima capacidad productiva, y de cómo evolucionen las economías de China, India y Brasil, que son los principales mercados”, aventuró Daniela Desormeaux, gerente general de la consultora SignumBox.
Más tajante aún fue el pronóstico de Christopher Parkinson, experto de la agencia de servicios financieros Credit Suisse. “Estamos ante el fin de una era. Se viene un dramático cambio en el mercado del potasio, que virará de una estrategia de precio sobre volumen a una de maximización de volumen. En suma, culmina un sistema en el que la oferta se mantuvo muy disciplinada”, manifestó.