El largo viaje del Tango 01 hacia la República Popular China llegó a su fin. Esta madrugada (a las 18 en el gigante asiático), la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner tenía previsto arribar a la capital china, Beiing, para comenzar las reuniones oficiales que mantendrá entre mañana y el jueves y que incluirán un encuentro bilateral con el presidente Xi Jinping. Por el lado de los negocios privados, la presidenta participará en el foro Empresarial Argentina-China, a realizarse en el World Trade Center, junto con una misión multisectorial de empresarios argentinos y su contraparte local, compuesta por unos 400 hombres de negocios.
Las oportunidades comerciales apuntan a fortalecer y profundizar un vínculo bilateral que ha crecido con fuerza en los últimos años, hasta transformar al gigante asiático en el segundo socio comercial del país. Según un estudio de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), en 2014 las exportaciones de Argentina a China sumaron U$S 5006 millones, un 7% del total. Las importaciones, en tanto, llegaron a U$S 10.975 millones, un 16,5% del total. Esto es el resultado de que el intercambio aumentó 16 veces desde 1994, lo que implica «una tasa de crecimiento promedio anual del 15,1%, muy superior a la tasa evidenciada para el comercio exterior argentino en su conjunto, que fue de 6,7%», explicó la Cámara de Comercio.
El crecimiento del intercambio con China muestra complementariedades y oportunidades, y también genera un déficit bilateral de unos U$S 5969 millones. Los acuerdos de inversiones por U$S 7000 millones firmados el año pasado ayudarán a reducir la brecha, pero al mismo tiempo se pueden explotar las capacidades comerciales y productivas argentinas para exportar más a China. Según la CAC existe potencial en «ganado bovino, cebada, preparados alimenticios, productos y preparados químicos, mineral de cobre, almidón y ciertos tipos de trigo sin moler».
El estudio de la CAC, realizado el mes pasado, indica que estos bienes poseen «ventajas comparativas reveladas» (es decir, existe complementariedad entre la producción nacional y el consumo mundial). Los primeros candidatos son los más evidentes. La Argentina exportó en 2013 U$S 3216 millones en soja y U$S 111 millones en cueros de bovinos. Desde la Cámara afirman que a pesar de que el intercambio es «alto, podría intensificarse el flujo comercial». Así lo consignó Tiempo Argentino.
Pero otros productos que actualmente pasan desapercibidos podrían contribuir a la mejora del saldo comercial. Según la CAC, las exportaciones de carne bovina abastecen sólo el 0,02% del mercado chino. Por otro lado, las ventas a China de cebada sin moler representan sólo el 2,2% de sus importaciones. Otros productos que casi no se venden al país asiático y que tienen grandes oportunidades son los azúcares de caña o remolacha (actualmente menos de U$S 50 mil), uvas (se vende menos de U$S 170 mil), y sorgo e hidrocarburos líquidos (prácticamente sin intercambio bilateral).
En términos generales, las exportaciones argentinas involucran productos primarios y benefician a algunas economías regionales. Pero hay dos excepciones: los desinfectantes y raticidas (con un crecimiento del 131% en 2013, que tan sólo cubrió el 0,2% de la demanda china) y otros productos y preparados químicos (China importó en 2013 por U$S 7945 millones, pero la Argentina sólo abasteció U$S 187 mil).