La industria minera afronta el desafío de adaptarse al escenario sanitario que impuso el coronavirus. Así lo cree un referente de la minería salteña como Facundo Huidobro, quien admite que las obras en Lindero se desarrollarán a un ritmo más lento del previsto.
Sin conocer a ciencia cierta el impacto que tendrá la pandemia de coronavirus en la actividad minera, el vicepresidente de la Cámara de Minería de Salta (CMS), Facundo Huidobro, destacó la importancia de afrontar con responsabilidad los desafíos que impone esta coyuntura. “El regreso a la producción se está dando en función de un estricto cumplimiento de los protocolos de salud y seguridad”, manifestó el experto, quien es directivo de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) y gerente de Relaciones Institucionales de Mansfield Minera, firma a cargo del proyecto Lindero.
A su entender, no hay dudas de que la minería es una de las actividades productivas esenciales con las que cuenta el país para mejorar su golpeada realidad económica. “Estamos viviendo una crisis pocas veces vista y debemos pensar en sobrellevar esta realidad de la mano de industrias que generen divisas, tal como lo hace el segmento minero”, subrayó el directivo.
En los últimos años, indicó, la minería se transformó en uno de los principales complejos exportadores. “Se posicionó entre el cuarto y el sexto lugar de los rubros con mayores ventas al exterior”, ponderó.
El sector, expuso, desarrolla bienes que hoy demanda la sociedad tanto para la reactivación económica como para hacer frente a la pandemia. “Salta, por caso, es productora de boratos, un insumo con el que se elabora jabón y detergente que sirve para atacar al coronavirus, además de explotar recursos metalíferos que ayudan a revigorizar actividades como la construcción”, ejemplificó.
La mayor parte de las manufacturas mineras, señaló, se desarrolla en lugares remotos y aislados. “Puede decirse que la industria siempre estuvo en una especie de cuarentena, además de constituirse en la única salida laboral de diversas regiones”, argumentó.
Históricamente, enfatizó, los trabajadores mineros se adecuaron a cumplir protocolos de seguridad. “Saben trabajar en equipo y manejarse con una serie de normas, a las que ahora se suman las de bioseguridad”, aseguró.
Sin precedentes
A decir de Huidobro, actualmente la construcción de Lindero presenta un grado de avance de un 90%, por lo que la entrada en producción podría darse de manera inminente. “No obstante, los plazos inicialmente previstos van a estirarse. Construir bajo las condiciones de bioseguridad nos obliga a hacer una reingeniería de lo que queda”, admitió.
Desde su óptica, escasean las certezas sobre lo que sucederá con el valor internacional del oro. “Lo que estamos viviendo no tiene precedentes. No sabemos cómo se va a comportar el mercado y los accionistas”, reconoció. Por estos días, explicó, las empresas y los trabajadores están asumiendo el control sanitario con gran responsabilidad social. “Todos queremos ir a trabajar y regresar a nuestros hogares sanos y salvos”, afirmó.
Más que nunca, expresó, resulta necesario que los operarios respeten la cuarentena en su tiempo de descanso. “Un error de un trabajador puede convertirse un error de una empresa, lo que a su vez puede traducirse en graves consecuencias para todos”, completó. ›|‹
Comentarios: