Luego de la polémica sobre su inclusión en el Presupuesto Nacional 2017
A través de la Subsecretaría de Energía Atómica, el Gobierno nacional descartó la posibilidad de construir una planta piloto de producción uranífera en el yacimiento chubutense. Por el momento sigue siendo más rentable importar el recurso.
La controversia estalló cuando el Gobierno nacional incluyó en el proyecto de ley del Presupuesto 2017 –el cual recibió la media sanción de Diputados– la instalación de una planta piloto para la producción de uranio en el yacimiento Cerro Solo, situado en la Meseta Central chubutense. Según trascendió, la idea era invertir unos $ 10 millones ($ 8 millones el año que viene y otros $ 2 millones en 2018) en la construcción del complejo de baja escala, con el objetivo de tenerlo en marcha para 2019.
A priori no había mayores impedimentos para la realización de la iniciativa, puesto que la propiedad de Cerro Solo le pertenece a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), además de que el Estado tiene la potestad para decidir sobre este tipo de explotaciones y de que el desarrollo uranífero no se encuentra necesariamente prohibido por la restrictiva Ley chubutense 5.001.
Sin embargo, apenas conocida la noticia –muy criticada por varios legisladores del arco opositor debido a su incorporación a último momento al Presupuesto– el gobernador Mario Das Neves manifestó de manera pública su total oposición. “No estoy de acuerdo con el proyecto. No niego que pueda generar riqueza, pero me preocupa que también pueda generar depredación y no voy a permitir que en esta provincia se contamine a nadie”, señaló.
A decir del mandatario provincial, el cuidado de los recursos hídricos es una prioridad estratégica para su gestión. “El agua es uno de nuestros capitales más importantes. Hay que tener en cuenta lo que pasó en San Juan, Catamarca y Santa Cruz. ¿De qué sirve imponer multas millonarias cuando el daño ya está hecho?”, cuestionó.
Paños fríos
Más allá de que el abastecimiento hídrico en la Meseta Central no estaba amenazado por el emprendimiento uranífero, el Gobierno nacional no tardó en bajarle el tenor a la discusión y descartar sus planes originales.
De acuerdo con Julián Gadano, subsecretario de Energía Nuclear (cartera dependiente del Ministerio de Energía y Minería), la apertura de la explotación de uranio en Cerro Solo no es actualmente una opción. “Hoy resulta mucho más rentable importar ese material”, explicó el funcionario.
Para aclarar el malentendido, Gadano argumentó que “sólo se notificó una partida presupuestaria reducida que solicitó la CNEA para la realización de trabajos de investigación en la zona”.
Según sus palabras, el uranio se abarató mucho después del incidente atómico de Fukushima, en Japón, a tal punto que importarlo desde Kazajstán le cuesta al país alrededor de u$s 23,50 por libra, lo que representa un valor muy competitivo. “Únicamente se avanzará en proyectos de desarrollo nuclear si son de verdad convenientes para la Argentina”, completó.
Cuestión hídrica
Más allá de la polémica, resulta llamativa la alusión de Das Neves a la posibilidad de que un desarrollo minero amenace el agua de la Meseta Central de Chubut, sobre todo teniendo en cuenta los elevados estándares de calidad y seguridad con los cuales se desenvuelve la industria nuclear argentina desde hace décadas.
Incluso hay organizaciones ambientalistas que apoyan la realización de actividades mineras en la región. La Fundación Green Cross, por caso, viene estudiando la problemática productiva de la zona en profundidad. “No hemos encontrado ninguna otra posibilidad que no sea la minería, junto con el desarrollo ganadero y forestal, para la Meseta. El acuífero Sacanana, de hecho, permite un aprovechamiento multifuncional de la zona”, puntualizó Marisa Arienza Mallman, titular de la entidad. ›|‹