El gobierno argentino allanó el camino a su par de la República Popular China para que puedan ejecutarse dos obras proyectadas en nuestro país con financiamiento de la banca oriental: las represas sobre el río Santa Cruz y Atucha III en Buenos Aires.
El acuerdo o fórmula financiera que se conoce como swap quedó plasmado para ambas obras por un monto total de 19.000 millones de pesos en la reunión que mantuvieran el domingo en Olivos los presidentes Mauricio Macri y Xi Jinping, en el marco de la Cumbre del G 20. Al respecto, el financiamiento correrá totalmente por cuenta de los capitales chinos y que en el caso de las proyectadas represas (que volvieron a tomar su denominación original, La Barrancosa y Cóndor Cliff), se acordó que solo resta eliminar del listado de socios a la empresa Electroingeniería y reemplazarla por otra constructora de capitales argentinos. Ello en razón de que el proyecto –que ya estaba frenado por presiones de Estados Unidos – parecía caerse del todo luego de que el vicepresidente de esa compañía, Gerardo Ferreyra, fuera privado de su libertad e imputado por la justicia federal en un ilícito que cobró notoriedad pública como “la causa de los cuadernos”. La decisión política de Macri fue de que tamaña obra, que implica una inversión de 4.316 millones de dólares, no puede ser ejecutada por esa compañía y que los chinos debían buscarse un nuevo integrante en el grupo de constructoras.
Macri avaló la resolución de los proyectos y ahora sólo es cuestión de tiempo destrabarlos definitivamente, algo que no se extenderá más allá de marzo del próximo año.
Destaca además que “la necesidad de obra pública por parte del gobierno nacional mirando las elecciones de 2019 y la obligación de acelerar gestos con Xi Jinping luego de la ayuda financiera aprobada, aceleraron las decisiones políticas”.
Asimismo, da cuenta de que tanto para el proyecto de las represas como para la central nuclear hay un compromiso desde China hacia los argentinos: los trabajadores serán todos locales (o al menos no ciudadanos chinos), lo que llevó tranquilidad a la dirigencia de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA).
El complejo Cóndor Cliff-La Barrancosa comenzó a ejecutarse hace varios meses, pero sólo se desarrollan trabajos preliminares. Antes de ello se había dado por cerrada una investigación sobre el impacto ecológico y el gobierno aseguró a grupos ambientalistas que, recaudos mediantes, no hay mayores problemas de convivencia con la flora y fauna.
Fuente: Ámbito