La quita de las retenciones y otras medidas económicas alargaron por dos años la vida de Manantial Espejo, que tenía proyectado su cese de operaciones en el primer trimestre de 2016. Triton reconoce que el nuevo marco tuvo un impacto muy fuerte en su caja y capacidad de pago, así como en sus presupuestos operativos. «Nuestro plan de cierre llevará dos años, paso por paso. Ya hemos presentado un documento de propuesta a la Secretaría de Minería de Santa Cruz y al municipio de Gobernador Gregores sobre los aspectos ambientales, operativos y sociales. No hemos tenido ninguna observación hasta el momento y estamos teniendo un diálogo bastante fluido sobre los avances», explica Gabriela Maceira, jefe de Responsabilidad Social de la minera. «Previo a la presentación, explicamos todos los temas sociales en reuniones con profesionales de distintas disciplinas. Con esto se constituyó un expediente que forma parte del Informe de Impacto Ambiental que está en instancias administrativas», añade la directiva. El cierre de Manantial Espejo ha sido programado en forma progresiva en función de las fases operativas. «Aunque es dinámico, hablamos de trimestres por la posibilidad de extender las faenas. En los casi dos años que transcurrirán desde que se presentó el documento, están previstos los trabajos a realizar desde todos los aspectos», dice Alberto Carlochia, asesor de la compañía. «En principio, el cierre de la planta de procesos está pensado para el transcurso del primer trimestre de 2018, cuando haremos el cierre comercial. Y el proceso de minado probablemente termine en el último trimestre de 2017», subraya Luis Sánchez, jefe de Negocios de Pan American Silver en Argentina. Fuente: Tiempo de San Juan.
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