Una situación completamente diferente es la que vive la minería privada y estatal en lo que respecta a la ejecución de proyectos en Chile. Y es que según se desglosa del catastro del Consejo Minero, que expone las inversiones en ejecución de la minería de las empresas socias del gremio (que agrupa a cerca del 96% del cobre de ese país), a diciembre había unos US$15.879 millones en ejecución, sólo 2,2% más que lo reportado en el informe anterior, publicado en julio de 2016.
Más allá de eso, las cifras que más sorprenden dicen relación con el origen de la inversión. El 71% de ella -unos US$11.200 millones-, corresponde a proyectos en ejecución de la estatal Codelco, mientras que sólo el 29% viene de parte de la minería privada.
Este escenario contrasta bastante con lo reportado en diciembre de 2013, cuando de los US$19.566 millones en ejecución, el 72% correspondía a la minería privada.
Según el último catastro, actualmente la estatal -que presenta cerca de 32% de la producción nacional- está desarrollando seis proyectos, versus los cuatro del sector privado, los que apuntan a reemplazar mineral provisto por sectores en agotamiento o a cumplir el decreto N°28, que eleva las exigencias de emisiones para las fundiciones y refinaría.
Por su parte, la minería privada está desarrollando iniciativas por casi US$4.600 millones, de los cuales el 81% corresponde a un solo proyecto: la construcción de la planta desaladora para Escondida, que busca asegurar el suministro de agua para la minera. Los otros, de menor envergadura, son dos iniciativas de minera Centinela y otra de Candelaria.
“Esto se puede explicar desde dos miradas. Por un lado, Codelco está desarrollando una inversión estratégica a través de proyectos estructurales, que hace que estos sean varios y más grandes. Por otra parte, es bueno tener en consideración que si bien menos del 30% de los proyectos en ejecución son de minería privada, existen en evaluación casi US$30.000 millones correspondientes a proyectos privados; por lo tanto, existe una cartera que se encuentra en desarrollo y que no deja de ser interesante para el país”, explicó Carlos Urenda, gerente general de Consejo Minero.
Y añadió: “No obstante lo anterior es importante señalar que si esos proyectos que se encuentran en evaluación siguen sin pasar a ejecución por algunos años, la capacidad productiva del país va a ir perdiendo fuerza dentro del porcentaje mundial, porque hay países que están aumentando mucho su producción, como es el caso de Perú. Ahora bien, existen ciertos factores de los cuales depende que esos proyectos que están en evaluación pasen a ejecución y esto tiene que ver con los precios y los problemas vinculados a la obtención de permisos. Esto último es fundamental, ya que puede afectar cómo nos ven los inversionistas y, por ende, nuestra competitividad”.
Según explica Urenda, precios promedio estimados de US$2,4 y US$2,5 para 2017 y 2018, así como un crecimiento de la producción de 4,3% para este año y 3,4% para el próximo, podría impulsar la reactivación de nuevos proyectos. Cabe recordar que según el mismo catastro, existen proyectos en evaluación -entre privados y públicos- por US$36.060 millones en el país. “Sin duda, esto puede ser una señal positiva para la reactivación de ciertos proyectos, pero para que esto se dé es importante que los esfuerzos que está desarrollando la industria minera vayan de la mano con el desarrollo de regulaciones más eficientes, que impliquen un mayor análisis de su impacto”, puntualiza Urenda.
Fuente: Pulso