El desarrollo de las empresas abastecedoras de bienes y servicios es clave para la sustentabilidad de la minería. El Centro de Estudios para la Producción presentó un informe revelador sobre el sector que aún falta desarrollar.
Cuando se sostiene que la minería es meramente una actividad extractiva y que no deja nada al país y a las provincias que cuentan con los recursos que requiere la actividad, se puede caer en una mirada sesgada y sin fundamentos. Solo un dato para refutar esa posición: poco más de la mitad de la facturación de las empresas mineras que operan en Argentina se destina a proveedores nacionales, según reveló un informe presentado el miércoles pasado por el Centro de Estudios para la Producción XXI (CEP XXI) del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación. A eso se debería agregar los impuestos y regalías que pagan las compañías y el empleo directo e indirecto que generan.
El relevamiento de la relación que existe entre mineras y proveedores locales es una muestra del potencial que tiene la minería y también es esperanzador, ya que falta mucho por desarrollar entre las pymes que prestan servicios y venden en el rubro para llegar a los niveles de naciones que son ejemplo en la explotación de sus recursos minerales. Las políticas sobre cómo se articula el crecimiento de los proveedores es una de las claves para convertir a un país con minería en un país minero.
Ese fue el eje de la primera Mesa de Trabajo de Proveedores para la Minería, realizada en el Ministerio de Desarrollo Productivo, en Buenos Aires, que es donde se presentó el trabajo del CEP XXI, elaborado por Daniel Schteingart y Mateo Allerand.
El estudio se hizo con datos de 2019. Ese año, del total facturado por las empresas mineras se destinaron a proveedores locales y globales 131.006 millones de pesos, es decir, un 62,3% de sus ventas. “De ese monto, un 81,4% ($106.760 millones) tuvo como destino a los proveedores de origen nacional puros, esto es, neto de las importaciones que estos demandan. Visto de otra forma, se puede decir que más de la mitad de la facturación (el 50,8%) permaneció en el país a partir de eslabonamientos hacia atrás”, marca el informe.
Australia es un paradigma a seguir en lo que es el eslabonamiento hacia atrás en minería o sobre cómo generar valor agregado antes que el mineral salga del yacimiento. Algunos datos del país insular que utilizó sus recursos naturales como plataforma para el desarrollo de proveedores de bienes y servicios: logró posicionar un sector de proveedores de minería compuesto por unas 1.200 empresas; las exportaciones de esos proveedores, que abastecen a 200 jurisdicciones, rondan los 11 mil millones de dólares anuales; el sector genera 500 mil empleos, el 60% del software que usan las mineras en el mundo es australiano y solamente la actividad de los proveedores aporta el 7% del PBI de esa nación.
Fuente: El Tribuno