El sector energético, uno de los eslabones de la economía que más dolores de cabeza le ocasionó al kirchnerismo, va camino de convertirse en una pesadilla aun mayor en el epílogo de la gestión de Cristina Kirchner. Ayer persistían los cortes de energía en el área metropolitana, en una seguidilla que lleva dos semanas y que anoche afectaba todavía a unos 11.000 usuarios. También hubo piquetes en varios puntos de la Capital, en reclamo por la falta de suministro eléctrico.
Aunque el Gobierno tomó este año medidas con vistas a aumentar la producción de hidrocarburos y, por lo tanto, reducir la salida de divisas por importaciones de energía, las compras al exterior cerrarán 2013 con un incremento del orden de 25% en comparación con el año pasado. Cuando termine el año, se habrán ido por esa vía casi 12.000 millones de dólares, según cálculos conservadores.
Desde el punto de vista de las cuentas nacionales, además, 2014 traerá peores noticias: pese al muy moderado crecimiento de la economía que se espera, los analistas estiman que en 2014 se gastarán en importaciones de energía entre 14.000 y 15.000 millones de dólares, es decir, entre un 16% y un 25% más, según quién haga las cuentas. Es un monto gigantesco. Equivale, por caso, a la mitad de las reservas del Banco Central -el viernes cerraron en US$ 30.820 millones-, y alcanza para construir más de 10 centrales eléctricas de gran porte. Además, multiplica por 12 la inversión que llegará al país a través del acuerdo entre las petroleras Chevron e YPF y por siete al presupuesto inicial de 2013 para atender la Asignación Universal por Hijo (AUH).
El crecimiento de las importaciones de energía representa, también, un mal augurio tanto para ahorristas como para quienes tienen su negocio atado al acceso al dólar. Todas las medidas relacionadas con el cepo cambiario, tanto las que apuntan al turismo como la restricción de compras al exterior, tienen como inspiración la necesidad de resguardar esa divisa para pagar la factura energética.
«La economía va a un estancamiento inflacionario, por lo que por el lado de la demanda de energía las presiones del año próximo se van a desacelerar. Pero como la oferta de petróleo y gas del país mantendrán una tendencia a la baja, las importaciones van a seguir creciendo. Si asumimos un escenario de precios similar al de este año pueden aumentar a unos 14.000 o 14.500 millones de dólares», explicó Daniel Montamat, ex secretario de Energía y ex presidente de YPF, ante la consulta de La Nación.