Con la idea de estrechar lazos entre las mineras y las proveedoras de servicios, CASEMI ve grandes oportunidades por aprovechar en suelo jujeño. Según su titular, Nicolás Galli, la provincia debe imitar los modelos de estabilidad a largo plazo de Chile y Perú.
Con una treintena de proveedores asociados y la posibilidad de ampliar ese número en el corto plazo, la Cámara de Servicios Mineros (CASEMI) de Jujuy confía en el potencial de la minería para elevar los niveles de ocupación y los ingresos a las arcas provinciales. “En ese sentido, debe destacarse el buen posicionamiento logrado por la provincia dentro de este negocio a escala nacional”, manifestó Nicolás Galli, presidente de la entidad y socio fundador de la firma SMG.
Según sus palabras, aún hay muchas compañías de servicios por incorporar a la Cámara. “Estamos invitándolas a sumarse para que todos podamos sacar provecho de esta oleada de inversiones en la actividad”, manifestó el directivo, poniendo el foco en el boom del litio que hoy se vive en la zona de la Puna. La expansión de los proveedores locales, explicó, da lugar a reinversiones y contrataciones. “Está probado que este efecto derrame no se limita únicamente a la minería, sino que también favorece a otros segmentos”, apuntó.
Con la generación de un Clúster Minero en Jujuy, subrayó, las prestadoras de servicios de la provincia están en condiciones, incluso, de atender las demandas de otros puntos del país. “Y esto no es nada en relación con lo que aún se puede conseguir. Sin ir más lejos, uno puede cruzar la Cordillera de los Andes y sorprenderse con los logros de Chile en este aspecto. O verificar los éxitos cosechados en apenas 10 años por Perú, cuya situación presentaba marcadas similitudes con la realidad jujeña en términos de atractivos para la inversión, políticas de seguridad jurídica, exigencias de cuidado ambiental y necesidades de desarrollo comunitario”, comparó.
Es hora, aseguró, de pensar y planificar verdaderamente a largo plazo, con metas claras que trasciendan las administraciones de un gobierno.
“Mientras que una gestión gubernamental se extiende por cuatro años, un proyecto minero puede durar décadas. Está el caso de Mina Aguilar, por ejemplo, con 80 años de vida. Por eso es tan importante mantener la estabilidad sectorial a lo largo del tiempo”, afirmó.
Factor multiplicador
De acuerdo con Galli, la industria minera posee un muy alto grado de subcontratación, lo que representa un factor multiplicador de trabajo e inversión. Una mayor actividad de los productores mineros, precisó, se traduce en más inversiones en maquinarias, equipos y vehículos, aparte de generar más puestos de empleo. “Este círculo virtuoso viene creciendo paulatinamente, pero todavía faltan muchas oportunidades por aprovechar”, expresó el titular de CASEMI.
En los últimos tiempos, opinó, se percibe una clara intención de acompañar el desarrollo sectorial. “Se observa un cambio positivo en la mentalidad general. Los actores de esta cadena de valor terminamos entendiendo que el crecimiento de los proveedores locales es beneficioso para todos, porque son los propios dueños de las firmas quienes garantizan las soluciones”, aseguró.
Los proveedores, acotó, tienen la responsabilidad de seguir invirtiendo e implementando la mejor tecnología disponible para estar a la altura de las necesidades y los requerimientos del mercado. “Desde CASEMI estamos trabajando, justamente, para estrechar lazos y promover el asociativismo a la hora de abordar un contrato o servicio de origen local”, completó. ›|‹
Comentarios: