El cobre subió a su nivel más alto en dos años tras informes de que China podría prohibir las importaciones de chatarra a finales del próximo año, una medida que probablemente impulsaría la demanda de metales refinados en el principal importador del mundo.
El cobre para entrega en tres meses en la Bolsa de Metales de Londres subió hasta los u$s 6,400 por tonelada el miércoles, un nivel que no se veía desde mayo de 2015, habiendo aumentado cerca de un 5% en las dos últimas sesiones.
En las operaciones vespertinas, moderó sus ganancias a u$s 6,316 por tonelada. Utilizado en todo, desde el cableado hasta las redes eléctricas, el cobre también se vio favorecido por la debilidad del dólar estadounidense, lo que hace que los productos básicos que se comercializan en esta moneda sean más baratos para quienes compran en otras monedas.
El metal es una fuente clave de ingresos para algunas de las mayores compañías mineras del mundo, incluyendo BHP Billiton, Freeport-McMoRan, Glencore y Southern Copper.
China es el mayor consumidor mundial del metal, compra alrededor del 50% del suministro mundial.
Los reportes afirmaron que la división de reciclaje de la asociación de metales no ferrosos de China había recibido un aviso de que las importaciones de chatarra incluyendo cable eléctrico, motores y chatarra a granel podrían ser prohibidas el próximo año.
El Mercado de Metales de Shanghai (SMM, por sus siglas en inglés), un servicio chino de información sobre metales, dijo que había recibido confirmación por parte de funcionarios de que una prohibición sobre las importaciones de chatarra de cobre en siete categorías se presentaría ya a finales de 2018.
La Asociación de la Industria de Metales no Ferrosos de China, el organismo que regula la industria, no se pronunció.
La chatarra jugó un papel importante en mantener un tope sobre los precios este año cuando los suministros de las dos mayores minas del mundo, Escondida en Chile y Grasberg en Indonesia, fueron suspendidos a causa de una huelga y una prohibición de exportación, respectivamente.
Los datos de SMM mostraron que China importó 1,2 millones de toneladas de chatarra de cobre el año pasado, y se espera que esa cifra aumente a 1,27 millones de toneladas en 2017. De eso, casi dos tercios, o de 750.000 a 900.000 toneladas, caerán bajo la nueva reglamentación.
El cobre recibió otro impulso esta semana después de que Freeport-McMoRan, la compañía minera más grande del mundo cotizada en bolsa, bajara su asesoramiento de ventas a causa de una disputa laboral en su gigantesca mina Grasberg en Indonesia.
La compañía atribuyó un déficit en el suministro a las menores tasas de extracción y a la reducción de personal en la segunda mayor mina de cobre del mundo.
Daniel Briesemann, analista de Commerzbank, señaló que la especulación sobre mejores perspectivas económicas para China en los últimos días también reforzó los precios.
Pero dijo que no es tan optimista, citando nuevas advertencias del presidente Xi Jinping de China acerca del aumento de los riesgos en el sector financiero del país. “Tenemos una actitud más cautelosa en cuanto a China pues las nuevas medidas aplicadas por las autoridades de hecho podrían frenar la demanda. Un ejemplo serían las medidas para enfriar el sobrecalentamiento del sector inmobiliario”, afirmó.
“Esperamos menos inversión en infraestructura”, indicó, pues el endurecimiento de las condiciones crediticias podría limitar la acumulación de metales.
Aun así, el aumento de los precios será un gran impulso para mineras como Anglo American, Glencore y Freeport-McMoRan que buscan generar dinero adicional para pagar deudas y planean reiniciar los pagos de dividendos a los accionistas.