El canal estatal alemán Deutsche Welle (DW), en su señal en español para toda Latinoamérica, emitió un informe sobre potencialidades y riesgos del boom del litio en la Argentina. El país se ha convertido en el cuarto productor mundial de este insumo de baterías de vehículos, teléfonos celulares y computadoras portátiles. La compañía australiana Orocobre lidera el mayor emprendimiento, en el salar de Olaroz, Jujuy, y su principal ejecutivo, Martín Pérez Solay, explica por qué Argentina resulta atractiva para la inversión en litio: «Ha crecido muchisimo la demanda de litio para la fabricación de baterías por motivo de la electrificación de la movilidad y motivada también por el aumento de la producción de las energías renovables, que requieren poder almacenar energía. Y por otro lado, desde el punto de vista de la oferta, Argentina, Chile, Bolivia y la parte sur de Perú tienen regiones con alta concentraciones de litio»
Argentina no quiere solo proveer de litio al mundo sino que sueña con fabricar las baterías e incorporarlas al transporte público, según DW. Gabriel Márquez, gerente de la empresa estatal Jujuy Energía y Minería SE (JEMSE), cuenta que cuando finalice la cuarentena del coronavirus se reanudarán las obras para construir una planta donde comience a industrializarse el litio: «Con la intención de cambiar este paradigma del extractivismo e ir hacia el desarrollo integral en lo económico y agregarle valor a la cadena del litio. Eso coincide con el puntapié económico del proyecto del gobierno provincial, que tiene que ver con cambiar la matriz productiva. Vamos a iniciar primeramente ensamblando baterías». En una primera etapa será una fábrica modesta de un millón de dólares de inversión y 20 empleados.
Pero el litio no ilusiona a todos por igual en Jujuy. Indígenas de las Salinas Grandes resisten que se instale allí la producción, advierte el canal alemán. Clemente Flores preside la comunidad colla El Angosto, donde 350 persona viven de las ovejas, las cabras y el cultivo de papas, cebollas y habas. Flores manifiesta su temor: «Nos preocupa la cantidad de agua que van a evaporar, y en la cuenca no hay más de 100 milímetros anuales de agua. El territorio ya no lo podríamos utilizarlo como se viene utilizando: es ancestral el paso, la rotación de cultivos, la rotación del pastoreo de los animales, que no están en un solo lugar, siempre se los va llevando a distintos parajes».
Los nuevos proyectos de litio se han puesto en entredicho a partir de la crisis mundial del coronavirus, según DW. Y pone como ejemplo que la minera francesa Eramet anunció este mes que suspenderá al menos un año una inversión de 450 millones de dólares en Salta. Fuente: Revista Noticias
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