El mercado mundial de las plantas de baterías Ion-litio en más de un 80%, pertenece a China, Japón y Corea del Sur. La tecnología aplicada se orienta a la fabricación de los siguientes productos, cátodos: Tipo LNMC (litio-níquel-manganeso-óxido de cobalto), Tipo LF (litio-fosfato de hierro), Tipo LCO (litio-óxido de cobalto), Tipo LNCA (litio-níquel-cobalto-óxido de aluminio), Tipo LMO (litio-óxido de manganeso) y Tipo LTO (litio-óxido de titanio).
La nueva generación de baterías de litio permitirá impulsar vehículos y naves espaciales, ya que son más duraderas, resisten de mejor forma los cambios de temperatura y admiten una mayor aplicación. La ventaja comparativa respecto de la batería convencional, está dada en el sentido de que al comercializarse en estado sólido, se eliminan los electrolitos líquidos que pueden sobrecalentarse y causar incendios. Esta ventaja adquiere un enorme valor, en las industrias donde no existe margen de error (navegación aérea y aeroespacial).
Con el desarrollo de nuevas tecnologías, el litio será utilizado intensivamente también, en la fabricación de tablets, smartphones, marcapasos, relojes, audífonos, calculadoras, etc.
Se estima que en el 2020, el 86 % de los latinoamericanos contará con un smartphone, y la cantidad de éstos alcanzará un total 595 millones de unidades en total y que en 2025 el 80% de los mayores a 6 años, contarán con un teléfono celular en el mundo.
En un smartphone, tablet u otros dispositivos similares, la cantidad de litio a utilizar, representa menos del 5% de su peso total y sólo por la fabricación de vehículos eléctricos, en 2027 se demandarán 500 toneladas de carbonato de litio anuales.
En 2030, el parque automotor de los países de la Unión Europea alcanzará un total de 62 millones de unidades de vehículos eléctricos, cuyas baterías al consumir en promedio 38,5 kilos de litio por unidad, demandará 2,5 millones de toneladas de litio.
Ante esta realidad debemos estar preocupados de que los principales países productores de litio, entre los que se encuentra Argentina, Chile y Bolivia sean sólo exportadores de materia prima, es decir de minerales o productos sin un valor agregado.
Es conocido por todos que desde la extracción de litio hasta la fabricación de una batería hay un largo y complejo camino en el que además de la materia prima se requiere una alta especialización, y que de la noche a la mañana los países latinoamericanos no están en condiciones de alcanzar esa especialización.
Se ha llegado a determinar que tener litio no otorga una ventaja logística y que para algunos países como el nuestro la única opción posible es exportar la materia prima. En base a esto también se sostiene que la idea de que los países sudamericanos sean exportadores de baterías para autos eléctricos no tiene mucho sentido; ya que como están tan lejos de los grandes centros de fabricación, el costo del transporte de las baterías se hace muy alto. Además las baterías no se pueden exportar por avión y tienen un peso que encarece los costos de traslado.
Por el Ing. Héctor Velázquez Alvarez
Fuente: Diario de Cuyo
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