Guillermo Pereyra, líder del sindicato de petroleros privados de la cuenca Neuquina, obtuvo una jugosa cartera de beneficios para avalar la firma del acuerdo petrolero para Vaca Muerta que pone el foco en la mejora de la productividad laboral y competitividad de la industria. Poco importa en este caso que la adenda al convenio colectivo de trabajo aplicable a los yacimientos no convencionales no pueda ser aplicada por la negativa del cuerpo de delegados del propio gremio petrolero. Pereyra cobró por adelantado.
La lista es conocida: bonos de Reconversión Productiva (RePro) del Ministerio de Trabajo para 1700 trabajadores despedidos por la baja de la actividad en Neuquén; exención del Impuesto de Ganancias para la remuneración adicional por zona desfavorable que cobran los 22 mil afiliados al sindicato; y viajes en la comitiva oficial –y en el avión privado con el presidente Mauricio Macri- a España y Estados Unidos.
Sin embargo, una gema pasó relativamente desapercibida. La Superintendencia de Seguros y la de Riesgos del Trabajo de la Nación autorizaron a la Mutual de Empleados y Obreros Petroleros Privados, que depende del gremio que lidera Pereyra, a prestar servicios de ART a las compañías productoras y de servicios petroleros. En la práctica, el Gobierno habilitó al sindicalista petrolero –que también es senador nacional por el MPN y preside la Comisión de Energía de la cámara alta- a ingresar a un negocio que mueve cerca de US$ 100 millones por año.
A través de las resoluciones de ambas carteras, publicadas el 30 de marzo, las Superintedencias dieron luz verde a la mutual del sindicato (registrada bajo el CUIT N° 30-71500295-3) para “operar y afiliar en seguros de riesgos del trabajo como entidad de derecho privado sin fines de lucro, en los términos del artículo 26, inciso 1° de la ley N° 24.557 y sus modificaciones y del artículo 2°, inciso a) de la Ley N° 20.091”.
Es la primera vez, al menos en toda Latinoamérica, que un sindicato petrolero es autorizado a prestar servicios de ART, un negocio que por lo general está en manos de compañías privadas. Pereyra se jactó de su logro ante empresarios en la gira de Macri por Estados Unidos.
“Logramos crear la primera ‘ART Petrolera’ del planeta”, se ufanó, llevando al extremo su excitación.
Para Pereyra es todo ganancia. El sindicato petrolero ya controla su propia obra social con la que presta servicios de salud en cerca de 20 clínicas que son propiedad del gremio. El costo fijo de esas instalaciones ya está hundido y amortizado. Ahora el sindicato –que el año pasado registró ganancias por más de $ 200 millones- podrá incrementar la rentabilidad de esas instalaciones prestando cobertura de ART.
Aún así, la nueva ART aún no está operativa. Resta que las Superintendencias de Salud y Riesgo de Trabajo dicten una serie de normas complementarias, que están demoradas. A raíz del reciente deterioro de su relación con el Ejecutivo por la demora en la aplicación del acuerdo de productividad para Vaca Muerta, no parece sencillo que el sindicalista logre ese aval en el corto plazo.
Tampoco está claro cuál será la jurisdicción de competencia en la que podrá operar la mutual de petroleros. El anexo I y II de las resoluciones oficiales –que llevan la firma de Juan Pazo y Gustavo Morón- establece que el sindicato sólo podrá prestar servicios en Neuquén, Río Negro y La Pampa. La aclaración llevó algo de alivio a las compañías petroleras. “Nosotros prestamos servicios a nivel nacional. Y no es lógico que tengamos una ART para cada provincia. El contrato con la empresa prestadora debe ser para todo el territorio nacional. Por eso tenemos un argumento sólido para frenar la avanzada de Pereyra, que seguro ejercerá presión para que contratemos a la mutual del gremio”, analizó el gerente general de una proveedora de servicios.
En la industria hidrocarburífera trabajan cerca de 60.000 operarios afiliados a gremios petroleros. Por cada uno de ellos, las petroleras y compañías de servicios destinan entre un 2,5% y un 3% del salario a cubrir el costo de la ART. La remuneración promedio bruta de un trabajador petrolero en la Argentina ronda –con un cálculo conservador- los 65.000 pesos mensuales. De ahí se desprende que el negocio de cobertura de los riesgos de trabajo tracciona cerca de $ 120 millones mensuales o más de $ 1500 millones en el año (12 meses más uno de aguinaldo). Es decir, casi 100 millones de dólares al tipo de cambio actual.