El Gobierno nacional ratificó su decisión de potenciar la integración energética con los países de la región para complementar el desarrollo en marcha de sus recursos en materia de electricidad y generar una demanda sostenida para el aprovechamiento masivo del gas no convencional del yacimiento neuquino de Vaca Muerta.
Así lo plantearon el secretario de Energía Eléctrica, Alejandro Sruoga, y el subsecretario de Exploración y Producción de O&G, Marcos Porteau, durante la primera jornada de la Semana de la Energía que organiza la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) que se desarrolla en Buenos Aires.
El encuentro que se extenderá hasta el jueves, servirá para que funcionarios y expertos de la región analicen el fuerte proceso de transformación del sector, condicionado por las nuevas tecnologías, los nuevos modelos de negocio, los cambios regulatorios y las ventajas de los incipientes procesos de integración.
Sruoga, quien durante la jornada fue designado presidente de la Comisión de Integración Energética Regional (CIER) por los próximos dos años, afirmó que «un eje central de la gestión de Gobierno consistirá en tumbar las barreras políticas, regulatorias o de protección de industrias para encontrar los beneficios económicos de la integración energética».
«La Argentina está volviendo a salir a América Latina», aseveró Sruoga al explicar que para el Gobierno nacional «aislarse de la región hace más caro el desarrollo, porque si se logran buenos acuerdos e interconexiones se pueden compartir reservas y contar con un sistema más barato, pero eso depende de una visión integrada».
Para el funcionario del Ministerio de Energía, «todo es más barato y es más conveniente para la gente si se hace integrado» aunque admitió que «el problema es si subsisten resquemores políticos o intereses corporativos de la industria de alguno de los países en capturar las rentas».
Sobre las ventajas de una integración en materia de energía eléctrica, el secretario planteó que el sector «no es un solo producto y un solo servicio sino que con la incorporación de las energías renovables se abren necesidades de recursos de almacenamiento o de máquinas térmicas para su respaldo, lo que genera productos y servicios que se pueden compartir».
«Puede pensarse así en procesos de intercambios compensados en que un país le ofrezca a su vecino sus excedentes y reciba a cambio los servicios o recursos en los cuales tiene algún déficit», expresó como ejemplo en un esquema que se puede trasladar a los vínculos que el país mantiene con sus vecinos limítrofes.
En lo que respecta al mercado del gas, el subsecretario Porteau aseguró que la Argentina se encuentra «en el proceso de que Vaca Muerta llegue a ser competitiva a nivel global, luego de salir de una primera fase de 2012 a 2016 que fue de descubrimiento y testeo del recurso».
A ese período marcado por altos costos de desarrollo, que en los últimos dos años cayeron significativamente y que continua en esa fase de reducción, debe seguir el esperado desarrollo masivo del recurso. «Es en este proceso que comenzamos que viene la fase de desarrollos comerciales masivos para lo cual necesitamos un espacio de demanda para absorber esa producción creciente de gas, y ahí es donde entra a jugar el valor de la integración regional para la Argentina», aseveró Porteau.
En ese sentido, explicó que la visión del Gobierno es que ante una demanda local muy marcada por la estacionalidad con picos altos durante el invierno, «el sector ve la oportunidad de desarrollar el shale gas con una demanda razonablemente estable a lo largo del año, por lo que se necesita agrandar la torta y empezar a cubrir la necesidad regional como fue en el pasado».
Al resaltar el impacto que puede tener el desarrollo masivo de Vaca Muerta para los países del Cono Sur, el funcionario afirmó que «el incremento de la oferta regional va a permitir a la región reducir los costos de la energía y va a permitir a todos los países vecinos el acceso a una energía competitiva».
«Los beneficios económicos y de seguridad que va a generar Vaca Muerta son suficientemente importantes para que vuelva a profundizar el proceso de integración de la argentina con los países de la región», sentenció Porteau en el cierre de la primera jornada de la Semana de la Energía.
En el mismo evento, Alfonso Blanco, secretario ejecutivo de Olade, destacó a su vez las experiencias de la región en materia de integración energética, a fin de superar emergencias, y las posibilidades de futuros intercambios de electricidad, hidrocarburos y GNL. «La integración se traduce en vaivenes de afinidad ideológica y política, y muchos acuerdos terminan en papeles pero no en cosas tangibles que beneficien a toda la población, por lo cual las experiencias efectivas deben tener una base de costos y efectividad».
En tanto, Ariel Yepes, del BID, afirmó a su vez que la integración energética permitirá reducir costos y promover beneficios a ciudadanos e industrias, con aumento de la competitividad y el crecimiento económico.
Yepes destacó que estudios del organismo a punto de concluir arrojan «resultados bastante favorables» en cuanto a los beneficios económicos de las interconexiones en el Cono Sur, ya que «los ahorros que permite la infraestructura para intercambio de energía son mayores que los costos de su construcción».
Fuente: El Inversor Energético y Minero
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