Nuevo programa de incentivos
El Ejecutivo trabaja en un nuevo programa para captar inversiones en gas. La iniciativa reemplazará los inventivos que ofrece el Plan Gas a partir del 1 de enero de 2018. Las empresas, a la expectativa.
La Subsecretaría de Hidrocarburos, que encabeza José Luis Sureda, está definiendo los lineamientos de un nuevo programa de estímulo especialmente enfocado al desarrollo de gas no convencional: gas de esquisto (shale gas) de Vaca Muerta y gas de baja permeabilidad (tight gas), cuya extracción es más costosa que la convencional.
La norma que prepara el Ejecutivo vinculará el precio que recibirán los productores que invierten en ese tipo de yacimientos con el valor del Gas Natural Licuado (LNG) que se importa por barco a las terminales de Escobar y Bahía Blanca. A junio de este año, el precio del LNG ya regasificado rondaba los u$s 6,50/7 por millón de BTU.
En un principio, Sureda era partidario de implementar un programa de estímulo “proyecto por proyecto”, según el cual su Secretaría analizaría cada proyecto de inversión en Vaca Muerta presentado por las empresas y le asignaría un precio diferencial. Pero finalmente esa idea no prosperó.
El nuevo plan de incentivo a la extracción de gas –el principal insumo de la matriz energética– entrará en vigencia el 1 de enero de 2018, una vez que finalice el Programa de Estímulo a la Inyección Adicional de Gas, conocido como Plan Gas. Bajo ese paraguas se firmaron contratos activos hasta el 31 de diciembre de 2017. La intención de la Secretaría de Hidrocarburos es publicar la resolución que definirá el nuevo precio del gas en las próximas semanas, a fin de despejar la incertidumbre en la industria en torno a este tema.
No es un tema menor. Algunas petroleras están demorando inversiones en la extracción de shale gas y tight gas en Neuquén por no conocer el precio de venta que tendrá ese fluido. De hecho, para despejar ese interrogante, los principales jugadores del upstream (exploración y producción) solicitaron al Ejecutivo que garantice un precio sostén del gas de al menos u$s 7,50 por millón de BTU por los próximos tres años. Sin embargo, el Gobierno optó por esta vía que, desde la óptica de algunos privados, no contribuye del todo a disipar el riesgo económico que implica invertir en yacimientos de gas no convencional en la Argentina.
Tarifa plana
En forma complementaria, el Gobierno sigue buscando alternativas para resolver la crisis generada por el aumento de las tarifas de gas. Si bien la atención está focalizada en destrabar el frente judicial con un guiño a favor de la Corte tras la feria a principios de agosto, en el gabinete económico empezaron a trazar algunos lineamientos sobre cómo manejar la evolución de las tarifas de servicios públicos durante 2017. Sobre este tópico existe también un punto de partida: si el objetivo es reducir el déficit fiscal, a partir de enero habrá que pensar en cómo ejecutar un nuevo aumento tarifario, en especial en el área eléctrica. El caso del gas es complejo de proyectar, porque el futuro del aumento de tarifas anunciado el 1 de abril –que motivó incrementos superiores al 1.500%, que esta semana fueron topeados en el 400%– aún es incierto.
Una de las variables que manejan en el Enargas, el ente regulador del gas, es establecer a partir del año próximo un esquema de tarifa plana para evitar grandes saltos del monto de las facturas residenciales durante el invierno, cuando crece el consumo del fluido para combatir el frío. Fuentes que están trabajando en la iniciativa comentaron a El Inversor energético & minero que la idea es calcular el valor de las facturas de cada usuario residencial en función de la demanda registrada en 2013 –un año estándar, según explicaron–, que no fue ni frío ni cálido. ›|‹