El Gobierno dio un golpe de timón con respecto a lo que fue la política energética argentina de la última década. A través de un decreto presidencial firmado por Mauricio Macri, su jefe de Gabinete Marcos Peña y el ministro de Energía, Juan José Aranguren,autorizó de manera institucional la exportación de gas a Uruguay, que estuvo limitada durante años en el kirchnerismo por las restricciones en la oferta doméstica.
La encargada de realizar las ventas al país vecino será Enarsa, la compañía estatal de energía que maneja Hugo Balboa. En tanto, la que recibirá el hidrocarburo del otro lado del Río de la Plata es Ancap, la empresa estatal petrolera de Uruguay.
Las exportaciones se harían a través del Gasoducto Cruz del Sur, que fue inaugurado a principios de la década pasada, pero tuvo escasa actividad por las limitaciones de la producción argentina.
La exportación al país vecino no será una operación comercial corriente, sino que se enmarca en la cooperación del gobierno de Macri con su par uruguayo. Es que Uruguay podrá aceptar el gas sólo con el compromiso de la reimportación hacia la Argentina de los mismos volúmenes, posiblemente cuando el país vecino tenga una planta de regasificación que lo habilite a tomar LNG (Gas Natural Licuado).
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