La provisión de agua apta para consumo humano en comunidades rurales sin abastecimiento de electricidad es un desafío que se debe afrontar para promover el desarrollo productivo. Para resolver esta problemática, se instalaron bombas alimentadas por energía solar en más de 22 comunidades del país, detalla el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
La falta de disponibilidad de agua constituye una de las principales limitantes para la realización de actividades agroganaderas en más de un 60 por ciento del territorio argentino, situación que empeora en los lugares sin acceso al servicio de provisión de electricidad. Para brindar una solución a esta problemática, especialistas del INTI desarrollaron diferentes tecnologías de acceso al agua subterránea (disponible a partir de los diez metros de profundidad del suelo) a través de bombas solares.
“Las bombas de extracción funcionan con energía solar sin necesidad de baterías ni instalaciones accesorias. Simplemente sale el sol y empieza a salir agua de las piedras”, resume Guillermo Baudino, director del Centro INTI-Salta.
Las bombas solares ya se han instalado en 22 comunidades del país. Por ejemplo, a través del Proyecto “FONARSEC” en los departamentos salteños de los Andes y La Poma Norte, en cooperación con el INTA y el gobierno local, se realizaron perforaciones mecánicas someras hasta 21 metros y pozos excavados y calzados con hormigón (profundidad de hasta 12m).
En la Región Chaqueña, las precipitaciones son escasas y las elevadas temperaturas producen la evaporación de la mayor parte del agua de lluvia. Esta escasez se ve compensada con la existencia de reservorios subterráneos, que se pueden aprovechar mediante obras de captación adecuadas, que permitan la instalación de dispositivos de bombeo solares.
En el Proyecto “Bosques y comunidad” se está colaborando con el Ministerio de Ambiente de la Nación en el Chaco Salteño en la capacitación de productores ganaderos criollos y comunidades de pueblos originarias, para la autoconstrucción de perforaciones manuales con pala barreno a profundidades máximas hasta 25 m y perforaciones mecánicas de hasta 40 m bajo la superficie.
Asimismo, a través de un convenio de cooperación entre INTA e INTI, en el marco de un proyecto referido al Cambio Climático, se realizaron perforaciones manuales y mecánicas en las regiones del NEA y noreste de Santiago del Estero.
A través de estos proyectos ya se han beneficiado más de 60 localidades. En este sentido, está previsto avanzar en los proyectos abiertos y promover nuevas iniciativas de desarrollo productivo, para capacitar a las comunidades que requieran de esta tecnología.
Esta solución es parte del abanico de propuestas que el INTI viene generando desde hace 60 años en el camino de facilitar la transferencia de tecnología a lo largo de toda la geografía argentina. “Nuestra intención es llegar a todas las zonas áridas de nuestro país e instalar estas pequeñas bombas de extracción para que nadie se quede sin acceso al agua”, anticipa Baudino.
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