El éxito vertiginoso que tuvo el programa de licitaciones públicas “RenovAr” puso sobre la mesa la necesidad de capacitar personal y reforzar la infraestructura en el área de las energías renovables.
De acuerdo a los cálculos oficiales, los emprendimientos en curso crearán 20.000 puestos de trabajo, contando los empleos que involucra el proceso de obra civil, logística, mantenimiento e instalación de equipos.
Si bien el de las renovables es un sector que en nuestro país recién atraviesa la etapa de “nacimiento”, así y todo cosechó u$s4.000 millones de inversión sólo en 2016. Fue el mayor “brote verde” que recibió Mauricio Macri desde que es presidente.
Este crecimiento vertiginoso, generó algunas complicaciones. Y aunque se están sorteando los obstáculos, habrá que seguir reforzando la planificación industrial, ya que todo indica que continuará por esa senda en los próximos años.
Oficialmente, la estrategia del Ministerio de Energía y Minería es cuadriplicar la producción energética de estas fuentes limpias en apenas 8 años.
Por eso, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) se embarcó en la construcción de un ambicioso centro de investigación en energías renovables que permitirá operar en el plano de la planificación.
A priori, el plan del organismo industrial que acompaña el Ministerio de Energía y Minería incluye: nueva infraestructura para laboratorios y áreas de servicios, inversión en equipamiento de punta para varios subsectores de energías renovables y un plan de fortalecimiento de recursos humanos.
Esta vez, la Argentina no quiere perder la chance de insertarse con fuerza en un proceso de crecimiento a nivel global que parece no encontrar techo.
Sobre todo, considerando que su geografía una vez más fue tocada por la varita mágica: este país es líder mundial en recursos naturales.
El viento de la Patagonia y el sol del Norte son hoy el gran atractivo de inversores extranjeros que no encuentran mercados en otros países. Si todo sigue de acuerdo a los planes previstos, el territorio será un polo de atracción para inversores en todas las variantes renovables: eólica, solar, biomasa, biogás, hidroeléctrica y biocombustibles.
Los más entusiastas, se animan a decir que las renovables captarán más inversiones de lo que Vaca Muerta promete en petróleo y gas no convencionales.
Legalmente, la construcción del centro de investigación quedó firme mediante la Resolución 90/2016 del Consejo Directivo del INTI.
Así lo precisa Gustavo Gil, coordinador del área, quien por estos días admite estar muy “expectante” por la propuesta integral. El especialista explicó que “mediante acuerdo con la Subsecretaria de Energías Renovables se logró generar un esquema de financiamiento virtuoso que permite afianzar a este instituto como asesor técnico”.
Como contraprestación por el seguimiento y control del accionar de las empresas en las licitaciones, el INTI recibe u$s2 mil por cada MW de potencia que se contrata en el marco del plan RenovAr.
Hasta ahora, por las subastas en curso fueron comprometidos cerca de 2.500 MW, lo que se traduce en un ingreso aproximado de u$s5 millones. Para suerte del organismo, la cifra seguirá creciendo con el correr de los años, al ritmo de las próximas subastas.
De hecho, en agosto está prevista una nueva ronda por 1.000 MW, lo que sumaría otros u$s2 millones. En números, Gil destacó que “se estima que para el período 2017-2019 realizaremos inversiones en el orden de los u$s7 millones”.
Pensando en el desarrollo de la cadena de valor, Gil explica que “en el mediano y largo plazo, una de las apuestas de esta iniciativa es reducir los costos de producción de los proveedores y fabricantes nacionales”.
Se trabajará para que las empresas de capitales argentinos puedan competir en el mercado, tanto en precio como calidad, con los equipos de “punta” que se elaboran en Europa, Estados Unidos y Asia.
A priori, se sabe que el centro realizará ensayos para la optimización del uso de aerogeneradores, sistemas fotovoltaicos y equipos de generación de biogás, entre otras pruebas técnicas. “Será clave del éxito la inserción de las capacidades locales presentes y futuras, la performance y el dinamismo del sector productivo en I+D+i, así como la sincronización con las áreas científico tecnológicas”, subrayó el director del Centro.
Actualmente, el Programa especializado del INTI en materia de renovables está compuesto por 50 personas, de las cuales 30 trabajan con dedicación exclusiva. “Este proyecto permitirá potenciar ese trabajo en red e incrementar el número de recursos dedicados a la temática”, destaca Gil.
Aún no se definió el lugar dónde estará ubicado pero la Provincia de Buenos Aires suena como el sitio predilecto por sus creadores.
En tanto, se está evaluando la practicidad de la ubicación de las instalaciones, las necesidades particulares de las provincias y el valor simbólico que pueda ejercer el edificio en la sociedad. “Las inversiones en equipamiento ya se están ejecutando”, anuncia el especialista sin dar más precisiones. Según cuenta Gil, empresas como asociaciones del rubro pueden formar parte del instituto y colaborar como “socios”. Así funcionan centros prestigiosos en otros países. La asociación público-privada “es uno de los ejes de la propuesta”, valora Gil.
“Estamos haciendo un acuerdo de colaboración y asistencia técnica con el Centro Nacional de Energías Renovables de España para los próximos dos años, que nos permitirá tener un plan de entrenamiento y de ajuste en la orientación de los servicios tecnológicos a las líneas de I+D”, anunció el experto.
En definitiva, el programa de investigación apunta a consolidar una industria nacional de vanguardia que pueda desarrollar tecnología para uso local y de exportación a los países vecinos. Si se pudo ser líder en energía nuclear y hidroeléctrica y crear desde cero una YPF que por décadas dio cátedra en la región también es posible en el área de las renovables.
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