Según admitió la FIFA
La realización del certamen en suelo sudafricano, hace cuatro años, implicó la emisión de 1,65 millones de toneladas de dióxido de carbono. En Brasil 2014, en tanto, se emitirán más de 2,7 millones.
Además de expresar su preocupación por la lentitud de las obras de acondicionamiento y el incumplimiento de los plazos previstos en materia de planificación, la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA) reconoció que la Copa Mundial de Brasil 2014 no será “ambientalmente amigable”, tendencia que venía imponiéndose en competiciones deportivas de envergadura, como los últimos Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y Londres 2012 (considerados “los más verdes de la historia”). Sobre la base de las estimaciones de la entidad con sede en Zurich (Suiza), el certamen futbolístico por excelencia será –como mínimo– un 60% más contaminante que su antecesor, llevado a cabo en territorio sudafricano.
Con 10 sedes y 9 ciudades anfitrionas (cuya distancia máxima entre ellas fue de 1.574 kilómetros), Sudáfrica 2010 significó una emisión total de 1.650.000 toneladas (Tn) de dióxido de carbono (CO2). A celebrarse en 12 sedes y la misma cantidad de ciudades anfitrionas (con una distancia máxima entre ellas de 3.218 kilómetros), Brasil 2014 superará ampliamente esa cifra.
Según los cálculos de la FIFA, el torneo implicará la emisión de 2.773.756 Tn de CO2. Durante el desarrollo del Mundial se emitirán alrededor de 2.472.002 Tn, cifra a la que deben añadirse los volúmenes generados por la última Copa de las Confederaciones (213.706 Tn) y por los preparativos (38.048 Tn). Se trata de una cantidad equivalente a las emisiones nocivas de 560.000 automóviles en un año, de acuerdo con los parámetros de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.
Este aumento de la contaminación obedecerá, fundamentalmente, a una excesiva utilización de medios terrestres y aéreos de transporte para cubrir los cuatro puntos cardinales del quinto país más grande del mundo a la hora de efectuar distintos trabajos de construcción, el traslado de materiales y personas, la prestación de servicios logísticos y el alojamiento de turistas. Vale destacar que ni siquiera el consumo de etanol, recurso en el que se basa mayoritariamente el parque automotor brasileño, impedirá esta mayor polución.
“Los aficionados serán responsables de cerca de un 90% del CO2 emitido. El 10% restante responderá directamente a actividades de nuestra entidad, incluyendo los viajes de los equipos, árbitros y autoridades del organismo, además del carbono generado por el uso de hoteles y estadios”, indicó Federico Addiechi, titular de Responsabilidad Social de la FIFA, a través de un comunicado.
Acciones compensatorias
Para Addiechi, es justo decir que el Mundial de Brasil 2014 no será todo lo sustentable que se esperaba. “No obstante, las emisiones de CO2 proyectadas son mínimas en relación con las producidas por diversas actividades industriales”, comparó.
La idea de la FIFA, añadió, es compensar el 100% de la contaminación suscitada por la Copa del Mundo a través de una inversión de u$s 2,5 millones. “Lo haremos mediante el financiamiento de tareas de reforestación en Brasil, la puesta en marcha de proyectos eólicos, la construcción de plantas hidroeléctricas y otros proyectos que serán anunciados el próximo año”, anticipó.
El Ministerio de Ambiente de Brasil, en tanto, lanzó una campaña para convencer a los dueños de créditos de carbono de que los canjeen por publicidad en documentos oficiales del evento.
El gigante del Mercosur, que está gastando 26.000 millones de reales (u$s 11.600 millones) para preparar el Mundial, sólo aceptará reducciones certificadas de emisiones (RCE) de proyectos que pertenezcan a los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). “Ya conversamos con algunos poseedores de créditos, quienes se mostraron abiertos a la idea de donarlos”, aseguró el funcionario Eduardo Valente, uno de los responsables de la iniciativa. ›|‹