Se lo llamó pionero y evangelizador del gas. Ahora, Aubrey McClendon -el empresario que firmó en diciembre un acuerdo para trabajar en conjunto con YPF en Vaca Muerta- podría ser simplemente el artífice de su propia destrucción. Transcurridos tres años desde que lo obligaron a irse de Chesapeake Energy, la compañía de gas natural que cofundó, McClendon, de 56 años, enfrenta acusaciones de haber trabajado con un competidor no identificado para mantener artificialmente bajo el precio de los derechos de las concesiones para perforación, publicó la agencia Bloomberg. Según Clarín, McClendon está acusado de orquestar una argucia entre dos “grandes compañías de petróleo y gas” para que no ofertaran una en contra de la otra por concesiones en el noroeste de Oklahoma desde diciembre de 2007 hasta marzo de 2012, dijo el Departamento de Justicia este martes en un comunicado. La acusación es “errada e inaudita”, dijo McClendon en un comunicado aparte. La imputación del gran jurado surge después de que el proceso de fractura hidráulica que McClendon promovió para acceder al petróleo y el gas aprisionados hizo que los precios quedaran por el suelo. Chesapeake se desplomó 39 % este año, perdiendo incluso un tercio de su valor en un solo día el mes pasado luego de un informe, que la compañía con sede en Oklahoma negó, según el cual había contratado abogados para una posible quiebra. Los conspiradores supuestamente decidían de antemano quién ganaría las concesiones y el ofertante ganador asignaba posteriormente una participación en las concesiones a la otra compañía, dijo el gobierno.