La necesidad de de diversificar la producción de litio en Argentina es clave para reducir la dependencia de un solo mercado.
La producción de litio en Argentina sigue en aumento a pesar de la incertidumbre global y la desaceleración de la transición energética. El país se posiciona como el quinto productor mundial de litio, después de Australia, Chile, China y Zimbabue. La demanda de litio se disparó en los últimos años debido a su uso esencial en baterías para vehículos eléctricos, paneles solares y aerogeneradores.
La extracción de litio en Argentina se realiza a través de la evaporación de salmuera en los salares, una técnica más económica que la extracción de rocas. Esto, sumado al ambiente político atractivo para los inversores, convierte a la Argentina en un destino atractivo para la inversión en litio. El «Triángulo del Litio», compartido con Bolivia y Chile, alberga las mayores reservas de este recurso.²
La demanda de litio podría duplicarse en tres años, alcanzando los 2 millones de toneladas de carbonato de litio equivalente (LCE), y superar los 3 millones en cinco años. Para satisfacer esta demanda, se necesitarían 52 nuevas minas para 2030. En 2024, la producción de litio en Argentina alcanzó las 74.600 toneladas de LCE, un 62% más que en 2023. Se proyecta un crecimiento del 75% para este año, llegando a 130.800 toneladas de LCE.
Las exportaciones de litio argentino cayeron un 24% interanual en 2023 debido a la baja de los precios internacionales. Sin embargo, el sector litífero argentino empleó a más de 3.300 personas en 2022, con un salario bruto promedio de $424.221. Las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca concentran la mayoría de los empleos y yacimientos de litio del país.
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