El producto bruto per cápita «casi no creció entre 2008 y 2015 (+1,5% punta a punta) y cayó entre 2012 y 2015», mientras «el primer año del mandato de Cambiemos ya no contribuirá positivamente al crecimiento económico, porque presentará contracción del PIB y caída del PIB per cápita», advirtió la consultora Economía y Regiones (E&R).
El desafío del Gobierno, agregó, será generar políticas para el ingreso de capitales privados, puesto que «la evidencia muestra que los procesos de crecimiento sostenido de largo plazo, con aumentos de PIB per cápita, dependen positivamente de la inversión privada».
«El gobierno de Cambiemos será exitoso sólo si logra que la Argentina recupere el sendero del crecimiento perdido», evalúa el análisis, y aclara que no es una meta fácil de alcanzar.
Añade que este año el producto registraría una baja promedio de 2,1% con retrocesos en el nivel de actividad que irían suavizándose mes tras mes.
Las proyecciones para 2017 marcan una expansión promedio del PIB entre 2,5 y 3%, «impulsado por la obra pública, el consumo (reparación histórica a los jubilados) y en menor medida las exportaciones, que se verían favorecidas por una mayor cosecha (clima mediante) y un Brasil no tan malo».
Según el Presupuesto, la obra pública será la clave para revertir la recesión y lograr que el producto registre una variación positiva en 2017.
El análisis destaca la participación presupuestada del gasto en obra pública, pero cuestiona si este rubro sentará las bases de un proceso de crecimiento sostenido de largo plazo que dispare el PIB per cápita o, por el contrario, sólo servirá para generar un rebote del nivel de actividad de corto plazo (2017) que no se sustentará más adelante (2018/2019).
E&R destaca que «la inversión privada es la que acumula capital, mejora la productividad y genera riqueza, ampliando la frontera de posibilidades y creando puestos de trabajo genuinos, de manera de impulsar tanto la oferta como la demanda agregada».
«Los resultados muestran que en Argentina, al menos hasta ahora, la inversión pública fue significativamente sustitutiva y desincentivadora de la inversión privada, por lo que la relación de complementariedad, al menos hasta ahora, no se ha verificado».
También alerta sobre el financiamiento de la inversión pública con deuda y subraya que esta mecánica «afecta negativamente el volumen de crédito disponible para el sector privado. Los costos de financiamiento aumentan y, en consecuencia, la inversión privada disminuye».
El análisis agrega que la estrategia económica basada en la obra pública financiada con fuerte emisión de deuda probablemente le pondrá un techo bajo o directamente desincentivará la inversión privada en el mediano plazo.
El endeudamiento creciente funciona como un impuesto marginal sobre la inversión, convirtiéndose en un obstáculo para invertir y crecer «en serio», alerta Economía y Regiones.
«Más aún -concluye el informe- en un país con presión tributaria récord; de esta manera, los capitales privados buscan otros puertos para invertir».