El subsidio a los combustibles podría frenar Vaca Muerta

El subsidio al barril de combustible que aplicó el ministro de Economía Axel Kicillof para fraccionar el aumento de las naftas repercute directo en las finanzas de las provincias petroleras, y es por eso que los gobernadores ya salieron al cruce y hasta pidieron ayuda gremial para protestar. Los más enojados fueron el chubutense Martín Buzzi y el neuquino Jorge Sapag, quien se supo en contacto con el senador y dirigente petrolero Guillermo Pereyra, según La Nación. Pereyra, que lidera el gremio de Río Negro y Neuquén, donde tiene a su cargo a los trabajadores del yacimiento de Vaca Muerta, la mayor esperanza del Gobierno para obtener energía y divisas, abandonó el directorio de YPF en 2012, molesto por el decreto reglamentario de su expropiación, que le restó poder a las provincias aun cuando la Constitución le da propiedad sobre sus recursos naturales. Según El Comercial, es lo que volvió a hacer Kicillof para evitar que el precio de las naftas suba de un plumazo al 20%: unilateralmente, puso un techo a la precio del barril, que se rige por una cotización internacional medida en dólares y es el que se toma de referencia para el pago de regalías a las provincias. De esta manera, en enero ese precio se medirá con un dólar a 6,88, en marzo de 7,2, abril de 7,6 y recién en mayo se acomodaría a los valores actuales, cercanos a los 8 pesos. Por presión de Miguel Galuccio, Kicillof no impuso un subsidio fijo permanente, lo que hubiera frenado las inversiones en YPF, sobre todo en Vaca Muerta. Pero no tuvo en cuenta que el prorrateo trimestral le bajaba los ingresos a las provincias petroleras, que cobran regalías en función de la cotización del barril y sufren como todas los efectos de la devaluación.

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