Un aumento de sólo 14 centésimas -de 0,71 a 0,85%- en el uso de Uranio Levemente Enriquecido (ULE) en Atucha I permitió duplicar en los últimos años la generación de energía en esa central nuclear, reveló Fernando Monserrat, de Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NA.SA), la empresa generadora que opera bajo la órbita del Ministerio de Energía y Minería.
«Argentina hizo un desarrollo innovador y, aprovechando los márgenes de diseño de una central de avanzada. Logró demostrar que se podía operar con uranio levemente enriquecido. En Atucha I se lo llevó de 0,71 a 0,85 y la cantidad de energía pasó de 5.500 a 11.000 MW térmicos por día», lo cual permitió abastecer a unos 150.000 hogares, especificó.
«El ULE demostró en el transcurso del tiempo tener muchas ventajas, con una complejidad tecnológica mayor y un aprovechamiento más amplio de la cantidad de energía», amplió Monserrat al disertar en un seminario organizado por la Asociación de Profesionales Universitarios del Agua y la Energía Eléctrica (APUAYE).
«Después de años de investigación, se llegó a la conclusión que enriqueciendo un poquito el uranio se podía sacar bastante más energía», explicaron en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), y señalaron que ese leve aumento en el porcentaje de 14 centésimos «no perjudica las condiciones de seguridad y funcionamiento normal del reactor».
Monserrat fue consultado por Télam acerca de por qué no se extiende el uso de uranio enriquecido y respondió: «nosotros no proyectamos centrales nucleares sólo para producir energía, sino para desarrollar la industria, el conocimiento, la ingeniería y la ciencia».
«Tenemos mucha experiencia, conocimiento y no queremos hacer una central de ULE solamente llave en mano, para que alguien la venga a comprar. Es oportuno que aprovechemos la ocasión para adquirir experiencia y conocimiento», explicó.
Desde la CNEA señalaron a Télam que «la energía nuclear es a favor del medio ambiente, no produce gases de efecto invernadero, es muy limpia y segura. Argentina es uno de los países más responsables y serios» en el tema.
«Argentina es el único país que promueve el uso pacífico de la energía nuclear y eso representa un plus muy grande e importante. Somos referentes a nivel de Latinoamérica para la construcción de reactores, operación y generación de recursos humanos», añadieron desde el organismo.
«La CNEA tiene tres instituciones de formación con estándares internacionales inmaculados, como el Instituto Balseiro, en San Carlos de Bariloche, y está reconocida como una entidad de física e ingeniería nuclear de las mejores del mundo», agregaron.
Fernando Monserrat también replicó las críticas ambientalistas al sostener que «la premisa y el mandato de nuestra actividad es ser seguros, luego limpios, eficientes y, finalmente, competitivos».
«Tenemos nuestro mandato de desarrollar la ciencia y la tecnología, la industria, la operación de montaje, proyectos autónomos y de transferencia de tecnología», indicó.
Monserrat defendió la construcción y funcionamiento de las centrales nucleares, y puntualizó que «en los países desarrollados producen el 26% de la energía y en todo el mundo, el 15%» de origen nuclear.
«En este momento, hay en todo el mundo 448 reactores y otros 65 en construcción. China tiene el desarrollo nuclear más grande y está construyendo 28 centrales nucleares a la vez, como una forma de mitigar el efecto e impacto ambiental», graficó.
Argentina posee tres centrales nucleares: Atucha I y II, y Embalse. Cuando trabajan a pleno «aportan el 10 ó 12%» de energía eléctrica al sistema interconectado nacional, aunque el total «depende de la época y la cantidad de máquinas de gas que se prendan», explicaron en la CNEA.
De todas formas, en la actualidad aún «no opera» nuevamente la central de Embalse, que «se paró para tareas de mantenimiento y para avanzar en la extensión de vida por otros 30 años», concluyó el especialista.