Por amistad e ideología política, se espera una mayor afinidad entre el nuevo gobierno chileno de Sebastián Piñera y el de Mauricio Macri, que igualmente continuará lo logrado durante la gestión de Michelle Bachelet, con los acuerdos que ambos países firmaron de libre comercio y cooperación económica, así como de complementación energética a fines del año pasado.
«Entre los dos países hay una complementación, coincidencia y convergencia muy grande desde el punto de vista de la política exterior y las relaciones bilaterales», ratificó el embajador saliente, José Antonio Viera-Gallo.
Aprovechando esa afinidad, entiende que la prioridad de ambos gobiernos debiera ser facilitar la conectividad física entre ambos territorios y la complementación empresarial para conquistar los mercados de Asia, explicó a la prensa en la Embajada porteña.
«La integración requiere afinidad, que hay, y complementación, que existe, y conectividad. Necesitamos perforar la cordillera, hacer fácil el cruce», dijo Viera-Gallo, para quien la prioridad es terminar los dos túneles rodoviarios de Agua Negra y de Las Leñas. Para el primero, espera que se conozcan las empresas precalificadas en las próximas semanas y que se llame a licitación con apoyo del BID este año. «Se requiere mucha fuerza para que no se empantane», dijo. El segundo está más atrasado, pero prevé que «debería llamarse pronto a licitación».
El embajador, que cesará el domingo 18 para ejercer como abogado, espera que los Parlamentos de ambos países ratifiquen el tratado de libre comercio que se firmó en noviembre. En la Argentina, prevé que esté atado a la aprobación de la ley de «compre nacional», que regula las compras públicas. Y que abra un «gran campo» en el comercio de servicios.
Resaltó que durante su gestión ha vuelto a funcionar el consejo empresarial binacional, que estuvo ocho años parado. «Algunas empresas chilenas están volviendo a invertir en Argentina», dijo y enumeró la cervecera CCU, la minera Soquimich en litio, Enap Sipetrol y Cencosud.
Las empresas chilenas tienen invertidos unos u$s 18 mil millones en la Argentina, lo que da trabajo a 157 mil personas, detalló. En cambio, la inversión argentina en el país vecino es de unos u$s 400 millones. «La idea no es tanto que aumente el comercio, sino que, juntas, las empresas puedan ir a conquistar el mercado en Asia aprovechando los tratados de libre comercio de Chile», explicó.
Propuso «alentar la complementación empresarial», tras recordar las ruedas de negocios que se realizaron en varias provincias argentinas y que muchos gobernadores, casi todos peronistas, han ido a misiones empresarias a Chile: «Se ha sembrado. Depende del sector privado que asuma las posibilidades que hay».
Sobre los desafíos para los privados, resaltó, además de la inflación, que «las empresas argentinas no tienen dinámica exportadora; han estado muchos años tapadas. En Chile, cualquier pelagatos exporta». Entiende que la única ley que impide a las empresas chilenas invertir en la Argentina es la que no permite a una extranjera comprar tierras en el país. Las afectadas son grandes compañías forestales.
En la agenda futura incluyó el tratado que regula la minería binacional. «Tenemos por delante la explotación conjunta del litio», alertó. Un plan de manejo para los recursos hídricos compartidos (doce cuencas), contar con parques binacionales terrestres y crear parques marítimos.
Fuente: El Inversor Energético y Minero
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