Eduardo Eurnekian,Cristóbal López,Gerardo FerreyrayEnrique Pescarmona, cuatro de los mayores empresarios argentinos cercanos al Gobierno, comenzaron en las últimas semanas a frotar sus manos y desplegar contactos con la administración pública como fichas de ajedrez. Persiguen un premio grande: ganar la construcción de la central hidroeléctrica Chiuido I, en Neuquén, una obra de 2100 millones de dólares cuyo ganador se conocerá en la segunda quincena de agosto.
La pelea tiene en el trasfondo una contienda geopolítica: mientras el consorcio de Eurnekian tiene financiamiento ruso, los de Ferreyra y López consiguieron un compromiso de China. El paso de Vladimir Putin y Xi Jinping por Buenos Aires, la semana pasada, es una muestra del interés común por la Argentina.
Pescarmona, que irá solo en la primera parte de la compulsa, mantiene en secreto su propuesta financiera.
Los pliegos indican que la obra puede tener un precio tope de 15.000 millones de pesos base mayo (luego se aplican ajustes). Los participantes creen que todos estarán al límite de ese monto, por lo que la diferencia llegará por la propuesta financiera.
Ferreyra es hasta ahora el gran ganador entre los constructores. Junto a la china Gezhouba, su empresa Electroingeniería se quedó el año pasado con la licitación para construir las centrales Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en Santa Cruz, un negocio de más de US$ 4000 millones. Eurnekian quedó muy molesto con la decisión. Sus técnicos querían impugnar la compulsa, pero fueron desestimulados por el secretario de Obras Públicas, José López, quien les prometió hacer imposible su camino por las licitaciones del Estado si lo hacían.
En el entorno del empresario aeroportuario están ahora mucho más confiados. Con la firma Helport, Eurnekian lidera un consorcio del que también forman parte Panedile, Isolux y José Chediak. Las empresas rusas no figuran porque se demoraron algunos trámites. Pero Helport y Panedile firmaron documentos para cederles una porción del proyecto a Inter Rao y a la proveedora de equipos Power Machines, controlada por el magnate Alexey Mordashov, el barón del cobre y del acero de Europa oriental.
El consorcio consiguió un favor del gobierno de Putin: le prestará el dinero para hacer la central sin contratar un seguro de crédito de exportación, que abarataría el costo del financiamiento en un 50%. Así figura en un documento de la corporación estatal Banco de Desarrollo y Comercio Exterior que pudo ver La Nación. Propone financiar el 85% de la obra por hasta US$ 2600 millones con un interés del 6,5% anual.
Para lograr eso, el gobierno ruso se comprometió a otorgar los avales al crédito y acompañó la petición con una carta en la misma dirección del Ministerio de Desarrollo Económico de ese país. El mensaje ya le llegó al ministro de Planificación, Julio De Vido.
El favor de Putin al consorcio de Eurnekian tiene distintos condimentos. Fuentes al tanto de esa negociación sostienen que el jefe del Kremlin se molestó cuando su país perdió a manos de China la financiación para las represas de Santa Cruz y no quiere repetir el tropezón. Pero ambos tienen un lazo afectivo: Eurnekian es amigo de un ex presidente armenio que también es amigo de Putin y tendió un puente entre ambos.