Las energías contaminantes están en retirada, y los inversionistas lo saben. Es por eso que la agencia Carbon Tracker, a través de un informe, señala que las empresas de combustibles fósiles corren el riesgo de desperdiciar 1,6 billones de dólares en gastos para 2025, si basan sus negocios en políticas de emisiones de los gobiernos en lugar de las metas climáticas internacionales, suscritas por el acuerdo de París.
Esto en un escenario de 1,75 grados celsius de la Agencia Internacional de Energía, con el objetivo de 1.5° C, versus políticas gubernamentales que son consistentes con un calentamiento de 2.7° C, de acuerdo a la firma. “Actualmente, las políticas de los gobiernos se sitúan lejos del objetivo final comprometido en París, pero debemos esperar un aumento de los esfuerzos internacionales. Empresas que interpretan mal los signos y sobreinverten en proyectos marginales de petróleo, gas y carbón sobre la base de un falso sentido de seguridad podrían destruir el valor del accionista en miles de millones de dólares “, dijo el autor del informe, Andrew Grant, analista Senior de Carbon Tracker.
La agencia comparó la demanda de combustibles fósiles en un mundo de 1.75° C- el punto medio del Acuerdo de París- con la demanda en un mundo de 2.7° C, mirando hacia la producción de petróleo, gas y carbón hasta 2035 y la inversión de capital para 2025, dentro de lo que concluyeron que el principal sector en riesgo es el del petróleo, con US$1,3 billones de gastos futuros en riesgo.
El gas en tanto comprometería US $ 228 mil millones de inversiones futuras, mientras que el carbón tendría en jaque US$62.000 millones. “Los inversores privados corren mayor riesgo que las empresas estatales. Ellos están expuestos al 88% de los gastos de proyectos de petróleo y gas innecesarios”, indica el reporte.
Todo esto en medio de una industria energética que ya vive una importante transición, la caída de los costos y tecnología de otras fuentes energéticas tiene a la industria en medio de un boom renovable.
Para Grant, “la industria de la energía está entrando en una era de incertidumbres. Los avances tecnológicos y las políticas climáticas se están combinando para retrasar la demanda de combustibles fósiles de una forma sin precedentes en el mundo moderno, llevando a los inversores a exigir que las empresas sean probadas contra escenarios que reflejan niveles más altos de ambición climática”.
Fuente: Carbon Tracker
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