Lo asegura un estudio del Observatorio de Deuda Social de la UCA. En 2012, el 71,5% de los hogares urbanos sufrió apagones o bajas de tensión. Dicen que ocurre porque no se invierte en infraestructura.
La calidad del servicio eléctrico que reciben los argentinos es cada vez peor. El año pasado, el 71,5% de los hogares urbanos tuvo cortes de luz o bajas de tensión, un 26% más que en 2010. Es, según la última Encuesta sobre la Deuda Social Argentina, el único servicio domiciliario de red que empeoró en los últimos tres años.
Estas conclusiones son del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina, que hoy presenta el Barómetro de la Deuda Social Argentina 2013: Desajustes en el desarrollo humano y social (2010-2011-2012). Inestabilidad económica, oscilaciones sociales y marginalidades persistentes en el tercer año del Bicentenario, Año III.
Según el trabajo, en estos tres años se produjo un deterioro significativo de la calidad del suministro eléctrico. Mientras que en 2010 en el 56,8% de los hogares hubo en los 12 meses anteriores cortes o bajas frecuentes de tensión, en 2012 subió al 71,5%, lo que equivale a un incremento del 26%.
“El principal deterioro de la calidad del suministro se produjo entre 2011 y 2012 y afectó fuertemente a los hogares con niños y adolescentes. No obstante, la problemática resulta tan generalizada, que las brechas con respecto a los demás tipos de hogar son mucho más acotadas que en otros indicadores de hábitat”, sostiene el informe. Y explica que la prevalencia de cortes de energía o bajas frecuentes de tensión se incrementó tanto en el las clases bajas como en las altas, aunque la clase más adinerada experimentó un menor nivel (65,9% en 2012) que el 25% más pobre de los hogares (79,5%). El problema afectó al 91,9% de los hogares de las villas o asentamientos precarios, al 73,9% de las casas de barrios pobres y al 65,9% de las zonas de clase media. Así, un hogar de una urbanización informal tiene 1,4 más posibilidades de tener cortes y bajas de tensión que uno de una zona exclusiva. Así lo consignó Clarín.
El trabajo marca una diferencia importante entre el Gran Buenos Aires y el Resto Urbano Interior, que hasta 2011 superaba los valores del Gran Buenos Aires. Sin embargo, en 2012 todo cambió: en el Gran Buenos Aires hubo cortes de energía y bajas de tensión en el 73,6% de los hogares contra un 67,8% del Resto Urbano Interior.
“La importancia del examen de este indicador se inscribe en el marco de la discusión en torno a la efectividad de la política energética de la última década, en la que el incremento de la inversión en infraestructura no acompañó de manera acorde la formidable expansión de la demanda tras la recuperación de la crisis 2001-2002”, sostiene el Observatorio.