Facundo Manes, director del Instituto de Neurología Cognitiva
Cultivar la empatía entre los integrantes de los grupos de trabajo, abandonar las zonas de confort y contar con el aporte de mujeres profesionales es clave, según el experto en neurociencias Facundo Manes, a la hora de facilitar la toma de decisiones y favorecer el éxito de las empresas.
Pionero en la divulgación de las neurociencias en el país, Facundo Manes está acostumbrado a disertar ante un auditorio de ejecutivos como el de la 36º Reunión Anual Latinoamericana de Petroquímica. Tal como indicó el presidente de Dow, Gastón Remy, quien lo acompañó en la presentación, sus nociones de liderazgo, toma de decisiones, inteligencia colectiva y creatividad poseen una estrecha vinculación con el mundo empresarial.
A decir de Manes, a diferencia de lo acontecido en otras épocas de la historia, la mayor parte del conocimiento se genera actualmente en forma colectiva. “La inteligencia grupal es mayor que la suma de las inteligencias individuales de sus partes. Y cuando un grupo funciona bien para una tarea dada, también puede hacerlo para tareas totalmente diferentes”, aseguró el experto, quien se desempeña como rector de la Universidad Favaloro y director del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO).
Para el éxito en los grupos o las empresas, apuntó, se necesitan altos niveles de empatía entre los integrantes y la existencia de varias voces dominantes (más allá de que haya necesariamente un líder con visión a futuro). “Asimismo, hay que estar dispuestos a tomar riesgos y abandonar el confort. Y la presencia de mujeres dentro de los equipos es otra variable imprescindible”, afirmó.
Según sus palabras, hay que saber que los sesgos existen y que los seres humanos funcionamos sobre la base de ellos. “Al momento de discutir, cuando el otro habla uno no lo escucha, sino que piensa en la búsqueda de argumentos para reforzar la postura propia y volver a hablar”, explicó.
Hay dos grandes problemas, acotó, en la toma de decisiones dentro de las organizaciones: los sesgos y la falta de motivación. “Sabiendo eso, se puede trabajar mejor”, señaló.
Decisiones automáticas
De acuerdo con Manes, resulta importante promocionar las neurociencias porque el rol del científico no es estar aislado en el laboratorio, sino difundir sus avances entre la sociedad. “Las enfermedades del cerebro son las principales causas de discapacidad en el mundo. El insomnio crónico, el estrés, la depresión y las adicciones figuran entre ellas. Conocer los datos de la ciencia moderna sobre nuestra mente puede ayudarnos a vivir mejor. Entender al cerebro tiene influencia directa sobre todo lo que hacemos en todas las áreas”, precisó.
Al ser humano, apuntó, le gusta pensar que es lógico, racional y deliberado, pero la verdad es que en gran medida vive en forma automática y así decide. “Antes de ser conscientes, el cerebro puede tomar decisiones”, expresó.
Para entender el cerebro, agregó, hay que ser humildes. “Nuestra especie tiene más de 200.000 años. Nuestros circuitos cerebrales y nuestros genes son muy similares a los de otros primates. ¿Qué nos hizo humanos? Miles y miles de años de evolución, en los cuales se dieron saltos evolutivos (por ejemplo, ser bípedos, adquirir memoria, desarrollar lenguaje, interactuar socialmente, convivir en grupos complejos, etc.). La capacidad de engañar es otro salto evolutivo. Vivimos engañando y autoengañando. Pensamos que somos mejores de lo que somos y generalmente tenemos más optimismo del que deberíamos”, advirtió.
En estos miles de años, manifestó, el cerebro desarrolló un sistema automático de toma de decisiones que no llega a la conciencia, y que está influido por el contexto, por experiencias y por aprendizajes. “Toda decisión lógica necesita recursos cognitivos, los cuales son limitados. También debemos conocer los porcentajes de riesgo y beneficio de cada opción, pero no siempre contamos con esa información”, aclaró.
Esquemas mentales
Según Manes, los pilotos automáticos que nos permiten tomar decisiones sin pensar también son ideológicos. “Las sociedades en las que vivimos y los grupos con los que nos conectamos crean en nosotros esquemas mentales e inciden en lo que pensamos y sentimos. Funcionamos con esos esquemas. Para cambiar eso, para pensar racionalmente, debemos gastar energía”, sostuvo.
Todavía no se sabe, admitió, cómo el cerebro genera la creatividad, pero sí bajo qué condiciones aparece. “Y también, que todos tenemos potencial creativo. La creatividad no está confinada a cierta gente talentosa. Pero hay que trabajar para que surja”, remarcó.
Para crear, detalló, hay que cumplir ciertas etapas: años de preparación, meses de incubación (obsesionarse con un dilema o idea) y días de relajación. “Además, hay que estar un poco locos y 100% preparados para equivocarnos. Convivir con un contexto creativo también ayuda mucho. El azar sólo favorece a las mentes preparadas”, comentó.
A su entender, Latinoamérica tiene un problema de esquemas mentales. “Pensamos en lo inmediato, no impulsamos políticas de Estado, y creemos que por contar con recursos naturales tenemos resuelto el futuro. Hay que modificar todo eso. Si no cambiamos la mentalidad, seguimos reivindicando la viveza criolla y el atajo y no condenamos la corrupción, no habrá solución para nuestros problemas”, subrayó.
En su opinión, es hora de generar nuevos esquemas mentales que nos permitan ser creativos y paradigmas que nos unan. “El conocimiento debería ser ese paradigma. El contexto de pobreza genera conductas que lamentablemente perpetúan la pobreza. No alcanza con comida y vivienda digna. Hay que generar sueños y valores”, proyectó.
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Nuevo Paradigma
Para Manes, el multitasking y las nuevas tecnologías reper-cuten negativamente en nuestros cerebros. “Somos menos productivos, nos estresamos más y tenemos más conductas ansiosas, compulsivas y obsesivas. Recomiendo un uso moderado”, aconsejó.
La educación, especificó, no es un eslogan. “En lo personal, me cambió la vida, me convirtió en lo que soy. Pero hoy hay que reinventar al docente, que cuando éramos chicos transmitía información. Un chico con un celular e Internet tiene actualmente más información que el presidente de Estados Unidos cuando su país llegó a la Luna. Además, no se puede educar masivamente a 40 chicos, sino analizar los talentos particulares”, indicó.
La educación, a su criterio, también tiene que ver con instituciones sólidas y transparentes. “La sociedad del conocimiento es un paradigma que puede unirnos a los latinoamericanos en el futuro”, se esperanzó.
Desde su óptica, hoy la sociedad argentina no concibe la educación y el conocimiento como prioridad. “Es importante luchar contra la inseguridad o combatir la inflación, pero me gustaría ir hacia un paradigma superador. Quiero que la sociedad argentina exija educación y conocimiento”, completó. ›|‹
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