La planta de fraccionamiento, almacenaje y distribución de gas que iba a funcionar en el parque industrial, y del que hoy sólo existen unas 50 mil garrafas en proceso de oxidación dentro de un predio, será reflotada por Enarsa, que se hará cargo de los trabajos que demande su puesta en funcionamiento.
De este tema había dado cuenta este diario hace tres semanas, cuando se indicó que el proyecto -anunciado en 2011 y que tenía por objetivo abastecer de gas en garrafa a Neuquén, Río Negro, Mendoza y La Pampa- quedó en la nada.
Con este objetivo se creó la empresa Enarsa Patagonia SA, una sociedad en la que CALF participó con el 10 por ciento de las acciones.
Desidia: Los envases que quedaron a la intemperie serán evaluados para ver si pueden usarse.
Ayer, un vocero de la firma encargada del proyecto afirmó que se impulsará la puesta en marcha de la planta, pero que para ello “deberán resolverse ciertos aspectos” necesarios para su apertura.
18 millones de pesos costaría reactivar la planta.
En su momento se anunció que este emprendimiento de fraccionamiento, almacenaje y distribución de gas sería el más grande de la Patagonia.
Se indicó que entre las cuestiones a solucionar hay que destrabar un conflicto judicial existente entre la compañía y quienes estuvieron a cargo de la obra, debido a los “problemas físicos y estructurales existentes derivados de su construcción”. Desde Enarsa Patagonia se aseguró que ese litigio motivó una posterior medida de no innovar que se encuentra vigente hasta que la Justicia dictamine los pasos a seguir.
También se informó que está en curso un estudio sobre la evaluación de la seguridad que ofrecen los envases (garrafas de 10 kg y cilindros de 45 kg) para verificar si, luego de la permanente exposición a las inclemencias climáticas durante los últimos dos años, pueden ser utilizados.
A su vez, se está tramitando la regularización de la situación dominial del predio en el cual está asentada la planta fraccionadora (propiedad de CALF), así como también, el resguardo de todos los bienes patrimoniales de la sociedad “para evitar cualquier pérdida o daño en los mismos”.
La planta tendría que haber abierto sus puertas en mayo de 2012. El Estado nacional había invertido 57 millones de pesos.
Gestiones
Después de haber tomado estado público la situación de abandono en que se encontraba la planta, el actual titular de CALF, Carlos Ciapponi, pidió hace algunas semanas que Enarsa Patagonia se haga cargo del tema. Luego, en una reunión que se realizó en Buenos Aires, se comenzó a reflotar el proyecto. De ese cónclave participaron Gonzalo Soler, actual vicepresidente de la sociedad y quien fue nombrado durante la anterior gestión del gobierno nacional, al igual que la gerenta general Susana Antico y Julia Langus, quien fue gerenta de Legales de Enarsa y que continúa dentro del organismo nacional.
Según se anunció en su momento, la planta tendría que haber abierto sus puertas en mayo de 2012 pero nada de eso sucedió, pese a que el estado nacional había invertido 57 millones de pesos.
La situación es paradójica, porque mientras existe una carencia de garrafas, en una ciudad donde son más de once mil familias que cada semana de invierno consumen diez kilos para no pasar frío, casi 50 mil envases abandonados descansan en un predio. Ahora, el tema se encauzaría hacia una solución. La pelota la tiene Enarsa, falta que se le dé buen destino.