Con más de 15.000 toneladas de minerales de litio, componente esencial de las actuales baterías que montan no sólo los automóviles, sino toda suerte de aparatos electrónicos, entre ellos móviles y tabletas, España podría llegar a ser la mayor productora de Europa de los llamados minerales tecnológicos, fundamentales en las fabricación de instrumentos y aparatos basados en tecnologías de último desarrollo. Entre ellos está el litio, un mineral que se encuentra en abundancia en el subsuelo de Cáceres y que podría ser trascendental para el futuro de la industria de automoción. Los últimos cálculos arrojan unas existencias de más de 15.000 toneladas de hidróxido y carbonato de litio, ambos esenciales en las baterías de los coches 100% eléctricos y electrificados (híbridos e híbridos enchufables). La empresa Infinity Lithium, que lidera el proyecto de su extracción, calcula que podría abastecer a unos diez millones de vehículos eléctricos.
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La existencia de esta materia prima escasísima en Europa y existente sólo en abundancia de Sudamérica (Argentina, Bolivia y Chile con el 75% de las reservas mundiales de litio) y en China proporciona una importante arma negociadora al Gobierno español. El Ejecutivo, consciente de que la electrificación cada día más acelerada de la producción de vehículos nos podría dejar fuera de juego de una industria en la que ahora mismo somos los novenos productores mundiales y los segundos en Europa, no está escatimando en esfuerzos para atraer este tipo de tecnología y, en concreto, al menos una fábrica de baterías.
Tras los últimos esfuerzos de la ministra de Industria Reyes Maroto, ha trascendido que el Gobierno pretende crear una propuesta de diversas zonas geográficas españolas con la que acudir al China EV100, principal evento sobre coches eléctricos del país asiático que se celebrará el mes próximo en Pekín. El Gobierno ha solicitado la colaboración de la Asociación de fabricantes Anfac, así como la de las administraciones de las Comunidades Autónomas interesadas. Aragón, con la presencia de la fábrica de Figueruelas en donde se ensambla el Corsa eléctrico, o Vigo con el Peugeot 2008 e, serán algunas de las zonas geográficas que se postularán a los inversores chinos, aunque la Comunidad Valenciana con la fortaleza de su puerto y la fábrica de Ford, Navarra con Volkswagen o el País Vasco serán otros de los candidatos.
Extremadura, no solo extracción
Infinity Lithium está acompañada en su proyecto por Tecnología Extremeña del Litio (TEL) un consorcio en el que destaca Valoriza Minería, una subsidiaria de Sacyr. El proyecto se desarrollaría a lo largo de unos 30 años, aunque el desconocimiento de la cantidad de mineral existente hace sospechar que podría alargarse más en el tiempo.
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Para su extracción esa sociedad tendría que invertir unos 300 millones de euros de los que unos 100 millones se destinarían a la construcción de la planta de procesado, que necesitaría de unos 310 trabajadores fijos durante los dos años previstos. Además, otros 200 empleados fijos serían necesarios una vez comenzadas las actividades regulares y se calculan cerca de otros 700 empleos subsidiados de forma indirecta. TEL ya ha comentado su intención de que la mayoría de esos trabajadores sean de origen local. El impacto económico en la economía española se estima en 900 millones de euros, de los cuales la mayoría permanecerían en la región.
Pero la Comunidad podría no contentarse con sólo la extracción, sino tratar de aprovechar la oportunidad para complementar su economía basada en la agricultura, la ganadería y los servicios optando a la implantación de industrias que realicen tratamiento y manufactura del mineral. No debería ser demasiado difícil, contando en España con 17 fábricas y cinco de los principales grupos automovilísticos mundiales implantados en nuestra geografía, además de algunas de las empresas de componentes más grandes del mundo como Gestamp, CIE Automotive, el Grupo Antolín, que son españolas.
Mina al aire libre cercana a la ciudad
El principal freno a su explotación puede ser la cercanía del yacimiento a la ciudad de Cáceres. Una asociación vecinal “Salvemos la Montaña” ha calculado que la mina a cielo abierto generaría un cráter de 410 hectáreas, con más de un kilómetro de ancho y medio de profundidad, además de la generación de un paisaje de escombreras de rocas y una balsa de evaporación para los desechos. Cercanos a su ubicación quedarían la potabilizadora de agua de la ciudad, el Santuario de la Montaña y el nuevo hospital y el campus universitario. La generación de polvo y los convoyes con sustancias explosivas y tóxicas son también objeto de preocupación.
TEL afirma que se ha realizado un estudio exhaustivo de los hábitats de la zona, descarta posibles filtraciones, afirma que buena parte del agua será reutilizada y asegura que el 99% de los residuos lo serán de materias inertes. También aseguran que buena parte del impacto puede ser mitigado a posteriori.
También Castilla-La Mancha y Galicia
Pero el de Extremadura no es el único yacimiento conocido de minerales escasos. En nuestro país existen otros depósitos de las llamadas “tierras raras”, un grupo de diecisiete minerales de la tabla periódica, cuya escasez y especiales características les han hecho esenciales. En Campo de Montiel, en Ciudad Real, se encuentra el llamado proyecto Matamulas. También Galicia cuenta con estos minerales en el monte Galiñeiro en Pontevedra, entre Vigo y Gondomar. Este último tiene una ubicación estratégica al lado de las instalaciones de Peugeot-Citroën en Vigo. Aunque los proyectos deben ser económicamente viables, la conservación de espacios naturales y especies amenazas, así como la destrucción de paisajes, han sido las razones que han paralizado estas extracciones, impidiendo que España sea una potencia mundial en este tipo de minerales, de los que desde 2011 prácticamente no hay producción en España. Fuente: niusdiario.es/