Repsol juega al misterio sobre qué hará con el paquete de US$ 5817 millones de deuda argentina que cobró ayer por la estatización de YPF. Pero el mercado lo tiene claro: los analistas financieros europeos dan por sentado que la petrolera española monetizará los bonos en el cortísimo plazo.
Ayer, el Ministerio de Economía confirmó que entró en vigor el acuerdo con Repsol por la expropiación del 51% de YPF, mediante el cual el Gobierno recibió documentos para transferir las acciones y entregó títulos de deuda pública por aquel valor.
El Gobierno sigue con atención los movimientos de la empresa con el temor de que una venta en bloque provoque una sobreoferta de deuda y derrumbe el precio de los títulos, que se había recuperado de manera notable a partir del acuerdo que cerró el conflicto por YPF.
«Queremos maximizar el valor y encontrar una forma razonable de monetizar los bonos, pero no somos un fondo de pensiones y no vamos a quedárnoslos para siempre», argumentó ayer el director financiero de Repsol, Miguel Martínez, en una conferencia con analistas.
Añadió que la opción no es «cuanto antes mejor», sino «a mayor precio mejor». Según explicó, «si aparece una ventana de oportunidades» se ejecutarán ventas parciales. En todo caso, la compañía aspira a tener todo el dinero en caja en un año.
Repsol se movió con el mismo sigilo a la hora de ubicar sus acciones restantes de YPF -un 12%-. Dijo que estaba estudiando cómo desprenderse de ellas, se habló de un plan gradual, pero finalmente anunció esta semana una salida casi total con una venta a Morgan Stanley por 1255 millones de dólares. Así lo consignó La Nación.
Analistas de Ahorro Corporación Financiera (ACF) opinaron que la monetización de los bonos podría hacerse en el corto plazo para aprovechar «el relativamente bajo nivel de descuento» que se aplica en estos días a la deuda argentina. Eso le permitiría a Repsol obtener una cifra muy cercana a los US$ 5000 millones en que se tasó su participación expropiada en YPF.
La calificadora Fitch también auguró un proceso rápido de venta de los bonos, lo que podría redundar en una mejora del rating de Repsol. Eso ocurriría cuando la monetización alcance al menos los 3000 millones de dólares (una cifra que en el mercado dan por hecho que la empresa querrá conseguir cuanto antes).