Gigante estatal ruso analiza variantes para mantener sus planes en Argentina

Mientras la central Néstor Kirchner -ex Atucha II- comenzará a funcionar tras 12 años de idas vueltas, la Corporación rusa Rosatom sigue firmando acuerdos de cooperación en el campo de la energía nuclear con la Universidad de Buenos Aires como uno de los caminos para incrementar su presencia en el país.
“Estamos interesados en profundizar nuestra cooperación con Argentina y Brasil. Tenemos buenos lazos”, había dicho el director del gigante estatal ruso, Serguei Kirienko, en declaraciones al canal RT, que reprodujo EFE. Ese interés también se tradujo en que el grupo estatal fuera uno de los preseleccionados por el gobierno argentino para la construcción de una nueva central nuclear de uranio enriquecido en el país.
“Nuestra propuesta ya pasó la calificación satisfactoriamente para la Argentina y ahora estamos esperando para ver de qué manera se van a seleccionar los socios para continuar”, explicó Ivan DyBov, vicepresidente de JSC Rusatom International Network -filial de Rosatom encargada de promover la tecnología fuera de Rusia- a El Cronista en este ciudad.
En un encuentro en las oficinas centrales de la empresa estatal rusa de energía atómica, el ejecutivo se refirió al interés en construir la próxima central nuclear en el país, una inversión que, según el modelo que se termine desarrollando ya que cada central es “única” podría tener un costo de alrededor de u$s 5.000 millones a u$s 7.000 millones.
Sin embargo, cuando el gobierno argentino hizo saber su interés en construir esta nueva central los superávits gemelos del país formaban parte de la realidad argentina. Hoy, el escenario parece ser otro, con la posibilidad de un nuevo default a la vuelta de la esquina. Esto pondría en duda cualquier tipo de aval necesario para financiar una obra de tamaña envergadura. “Claro que nos interesan los avales para nuestras inversiones, pero siempre se puede pensar en posibles soluciones. El financiamiento es muy importante para este tipo de desarrollos y la mayoría de los que construyen centrales nucleares prefieren no hacerlo a cuenta propia, por lo que una posibilidad utilizada son los convenios de gobierno a gobierno”, explicó el ejecutivo.
Otra opción que nombró es el camino que tomo Turquía. “Allí construimos cuatro reactores con nuestros recursos pero vamos a ser los propietarios y cubriremos nuestros gastos a través de la tarifa de venta de energía”, agregó.
A partir de esto, se mostró bastante confiado respecto a que un escenario de cesación de pago de la Argentina no cambiaría la posición de Rosatom.
“Argentina tiene que entender cuál es el camino más favorable para el país, y nosotros estamos dispuesto a negociar las posibles soluciones”, sostuvo el ejecutivo de este conglomerado estatal cuyas plantas nucleares proveen el 16% de la energía eléctrica que consume el país europeo.
En julio próximo, el presidente de Rusia, Vladimir Putín, visitará Brasil para la reunió de los BRICS. Allí invitó a la presidenta Cristina Kirchner a participar del encuentro que se realizará en la ciudad de Fortaleza. Según había adelantado el director de la corporación Rosatom, Serguei Kirienko, será el momento en el cual el jefe del Kremlim intentará abordar el tema nuclear con la jefa de la Casa Rosada.

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