Esta semana será decisiva para el proceso de reestructuración corporativa que encaró Impsa con el objetivo de salir de la profunda crisis financiera que atraviesa. Mientras crecen los rumores de que hay varios grupos locales y extranjeros interesados en saber el precio que Enrique Pescarmona le pondría a su grupo ante una eventual venta, mañana miércoles habrá una reunión entre ejecutivos de Impsa y los gremios para avanzar en el plan de adecuación a esta nueva realidad que le toca vivir al holding mendocino.
La semana pasada, hubo un primer acercamiento en la Casa de Gobierno de Mendoza, donde la empresa enumeró una serie de proyectos para desarrollar en el país que podrían mejorar su situación, otorgando mayor cantidad de carga de trabajo. En tanto, los gremios acercaron planes de reducción de la jornada de trabajo y adelanto de licencias para evitar despidos.
Mientras tanto, El Cronista pudo saber que varios grupos locales y extranjeros miran de cerca la situación. Impsa contrató al estudio de abogados Perez Alati, Grondona, Benites, Arntsen & Martinez de Hoz, y Quantum Finanzas, de Daniel Marx, para que lo asista en su etapa de reestructuración. Hoy, la deuda financiera de Impsa es de u$s 1.200 millones, y entre sus acreedores están la Corporación Andina de Fomento; y los bancos Nación; De Inversión y Comercio Exterior; Galicia y el Hipotecario.
Pero desde Brasil también llegaron noticias vinculadas a una eventual posibilidad de que Impsa reduzca sus operaciones. Allí es fuerte en el negocio de los molinos de viento y, según el diario Valor, estaría negociando la venta de sus parques eólicos con el objetivo de hacer caja para solventar su situación financiera en el corto plazo.
Si bien fuentes de la compañía desmintieron la información, el periódico brasileño señala que Impsa puso en venta los activos de Energimp, empresa en la cual posee el 55% del capital, mientras que el 45% restante es de la Caixa Econômica Federal. Se trata de 803 megawatts (MW) de capacidad instalada de parques en operaciones o cuyos proyectos ya poseen contrato de largo plazo de entrega de energía. Según Valor, un factor que puede dificultar el negocio es la certeza con relación a la rentabilidad de los proyectos. Esto, debido a que los emprendimientos vendieron energía en las licitaciones planeando utilizar aerogeneradores de Impsa, lo que proporcionaría sinergias y reducción de costos. Según fuentes del sector citadas por Valor, la delicada situación financiera de Impsa fue provocada por el atraso en el cobro de un contrato eólico de Energimp de más de 200 MW, en Santa Catarina, en el ámbito de un programa de incentivos de las Fuentes Alternativas de Energía (Proinfa). Esta demora en el pago, que debía haber hecho Eletrobras en 2011, alteró no sólo su flujo de caja, sino también su modelo de negocio, que consiste en construir los parques eólicos y venderlos luego de entrar en operaciones, según consignó El Cronista.
Las otras dos áreas de negocios de Impsa en Brasil, provisión de turbinas hidroeléctricas y de fabricación de aerogeneradores, no están a la venta y continúan operando. Hoy, la principal apuesta del grupo son dos grandes contratos para proveer aerogeneradores para parques eólicos de Furnas por un valor de u$s 750 millones, que podrían mejorar su situación financiera.