El Ministerio de Producción de la Provincia de Buenos Aires impulsa un análisis puntual de la realidad productiva de cada distrito. Para su titular, Javier Tizado, a partir del diagnóstico municipal es posible maximizar la puesta en valor de los recursos disponibles.
Con el foco puesto en la promoción de las pequeñas y medianas empresas (Pymes), el Gobierno de la provincia de Buenos Aires puso a disposición de sus 135 municipios un programa de cooperación técnica llevado adelante por el Ministerio de Producción bonaerense junto con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Denominada ‘Fortalecimiento y Desarrollo de los Municipios y Agentes Territoriales’, la propuesta representa “un verdadero cambio cultural”, según la definición del ministro Javier Tizado. “Recuerdo que hace un par de años venían a verme intendentes para preguntarme qué hacer, y yo les retrucaba que eran ellos los que debían definir las capacidades y potencialidades de sus territorios a fin de desarrollarlos económica e industrialmente, sin necesidad de una decisión unilateral”, explicó.
Lo que enseguida detectó el Ministerio de Producción, apuntó el funcionario, fue la existencia de una demanda de herramientas y metodologías para eventualmente hacer un diagnóstico de la situación productiva en cada municipio. “Nos dimos cuenta de la necesidad de identificar oportunidades relacionadas con los recursos naturales para favorecer la minería o la industria metalúrgica”, puntualizó. Una vez que se reconocen esas oportunidades a nivel municipal, señaló Tizado, es momento de trabajar en equipo con los gobiernos provincial y nacional para maximizar su aprovechamiento. “Por otro lado, tenemos la intención de incentivar una competencia sana entre los municipios para que la presión impositiva local sea la menor posible”, acotó.
A su criterio, es erróneo plantear que no es factible el desarrollo industrial sin grandes fondos públicos. “Hay muchos actores privados dispuestos a invertir para obtener ganancias a través de actividades productivas. Esto se nota claramente en los parques industriales y en los puertos”, ejemplificó.
En este momento, precisó, las zonas portuarias de Bahía Blanca y Necochea no paran de recibir inversiones. “Hay que aceptar la idea de que el dinero del Estado debe destinarse a los más pobres, a los servicios, la educación, la salud, la seguridad y la justicia. El resto nos tenemos que arreglar con el sector privado”, aseguró.
En expansión
Según las cifras que maneja el Ministerio de Producción bonaerense, la actividad minera experimentó un crecimiento exponencial en la provincia entre 2016 y 2017. “Esta tendencia se mantuvo aproximadamente hasta abril de 2018, cuando bajó un poco la curva ascendente”, admitió Tizado.
La extracción de minerales, detalló, logró un crecimiento de 21,55% entre 2015 y 2016, y de un 52,8% entre 2016 y 2017. “Durante el año pasado padecimos una pequeña baja de un 4,86% anual. En cuanto a la cantidad de guías mineras emitidas en 2018, el número fue de 792.355, lo que significó una recaudación superior a los $ 27,7 millones”, cuantificó el ministro.
El año pasado, agregó, se inscribieron 40 nuevos productores mineros, lo que representó un alza de empresas activas de un 22,34%, con 53 nuevos establecimientos en el interior de la provincia. “Habilitamos dos operaciones de arcilla, cinco de arena, cinco de arenas de río, dos de conchilla, una de cloruro de sodio, nueve de granito, una de cuarcita, 24 de suelos seleccionados y cuatro de tosca”, enumeró. Con respecto a los minerales no metalíferos y las rocas de aplicación, remarcó, Buenos Aires sigue siendo la primera plaza del país. “Producimos un 42% de todos los agregados gruesos para la construcción a nivel nacional”, completó. ›|‹