Tras un acuerdo preventivo extrajudicial (APE) con sus acreedores, Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa), reestructurará su deuda de u$s 1136 millones. Este proceso garantiza la continuidad de las operaciones del grupo, pero implica el alejamiento de Enrique Pescarmona de la compañía fundada por su abuelo en 1907.
La oferta, que fue aceptada por la “mayoría necesaria” de acreedores esta semana, según lo comunicó la firma a la Comisión Nacional de Valores (CNV), implica la venta del 65% de las acciones en poder de la familia Pescarmona, con lo que perderá el control de la compañía, aunque conserva un 35% y mantendrá representación en el directorio.
El acuerdo también incluye la contratación de un asesor financiero para poner en venta varias de sus empresas controladas. El mismo alcanzó “la mayoría absoluta de acreedores, según lo requiere la Ley de Concursos y Quiebras, que representan las dos terceras partes del monto total de deuda”, informó la empresa a través de Hernán Iglesias, responsable de Relaciones con el Mercado.
Según los términos y condiciones del proceso de reestructuración presentado por Pescarmona y su firma controlante, la venezolana Venti, “un asesor financiero liderará este proceso que comenzó el 31 de mayo último, y deberá ser completado en 24 meses”.
En este marco, se discutirá la posible cesión del 100% del conglomerado mendocino si aparece una oferta tentadora, contemplada en el “derecho de arrastre” que incluye el APE.
Por otra parte, se ofreció a los acreedores la emisión de nuevos instrumentos de deuda por u$s 472 millones equivalentes, divididos en u$s 150 millones de Bonos Par sin reducción de capital, y u$s 322 millones de Bonos Descuento con un factor de canje de 0,326 centavos de Bono Descuento por cada peso de deuda elegible, más la transferencia a un Fideicomiso del 65% de las acciones de Impsa en beneficio de los acreedores, según constaba en la propuesta.
La centenaria firma mendocina, hoy proveedora global de equipos para energías renovables, había entrado en default en 2014 por una deuda de casi u$s 1400 millones, producto en gran medida de contratos impagos por proyectos energéticos en Venezuela y Brasil. Entre los acreedores se cuentan desde organismos internacionales como la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hasta bancos privados y empresas.
Hace aproximadamente un mes, la firma había obtenido la adhesión a su propuesta de varios organismos de cooperación internacional.
Impsa es la segunda empresa argentina con mayor deuda nominada en dólares, y si bien no cotiza en la bolsa local, en el mercado de bonos de Wall Street lideró el lanzamiento de bonos de energías renovables en la región.
La concreción de este acuerdo para llevar adelante la reestructuración de su deuda se suma a la reciente adjudicación de equipos Impsa para el reemplazo de turbinas en la represa de Yacyretá; y a las negociaciones con inversores adjudicatarios de las licitaciones del plan RenovAr para proveerles equipos de energía eólica.
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