El Gobierno enfrenta este verano otro importante test, cuando se ponga a prueba la capacidad del servicio eléctrico, una vez que las temperaturas sean más elevadas y constantes. Días atrás, el presidente Mauricio Macri puso el tema nuevamente en debate al advertir que llevará tiempo lograr la expansión del sistema e instó a los usuarios a que consuman menos energía. Para ello, propuso como primera medida generar conciencia y que en los hogares se utilice el aire acondicionado en 24 grados. En estos equipos de climatización, cada grado que se reduce implica un 8% menos de demanda. «Hemos hecho muchas cosas que van a disminuir un poco los niveles de cortes este verano, pero vamos a volver a tener», advirtió, para prevenir ante eventuales fallas del servicio. Para el Gobierno, esta temporada estival que se avecina tiene una particularidad: es la última en la que podrá achacársele cualquier tipo de crisis del sistema energético a la gestión kirchnerista. La historia demuestra que el argumento de la «herencia recibida» tiene fecha de vencimiento y que ese lapso, en general, no va más allá del año de plazo. Pasada la época veraniega, todas las quejas y el malhumor ante el mínimo problema se centrarán casi exclusivamente en la figura de los funcionarios macristas.
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