Enargas, ente encargado de regular la actividad gasífera en todo el país, tiene un accionar precario respecto del cuidado de la seguridad y la calidad técnica con que se utiliza el gas natural comprimido (GNC, que se emplea en autos). Así lo determinó un trabajo de la Auditoría General de la Nación (AGN), que disparó duras críticas hacia el organismo, cuyo interventor es Antonio Pronsato , un hombre que responde al ministro de Planificación, Julio De Vido.
Para Leandro Despouy, presidente de la AGN, las críticas del organismo van más allá del caso puntual del sector gasífero. Según su interpretación, la AGN «está anunciando las cosas que ocurren desde la lupa del control. Esto depende de otros organismos que han desaparecido o fueron anestesiados. Todo eso hace que nuestro trabajo tome espectacularidad», criticó.
Según el informe de la AGN, el ente tiene un sistema informático deficiente que no facilita el bloqueo o la anulación de las obleas vencidas (la auditoría encontró varios casos en esa condición), no impide operaciones en vehículos repatentados ni que se utilicen equipos que están previamente asignados a otros vehículos. «Esto tiene consecuencias graves en la seguridad, como en el hecho de que se habilitan negocios delictivos», explicó Despouy.
«Lamentablemente, el informe que aprobamos hoy [por ayer] demuestra que el ente de control no tuvo en cuenta las recomendaciones que le viene haciendo la AGN», explicó Despouy durante la sesión del colegio de auditores según lo consignado por La Nación.
«Detectamos que hay serias debilidades de control por parte del ente y que los índices que se emplean no cumplen su finalidad como herramienta de gestión», completó el presidente del organismo.
La AGN también criticó que el Enargas «no reglamentó el seguro de responsabilidad civil exigible a las estaciones de carga del GNC», como lo había recomendado tiempo atrás el organismo.
El organismo de control extendió sus críticas al trabajo del regulador con las empresas transportadoras y distribuidoras de gas. Entre otras cosas, señaló que, a enero del año pasado, no se habían evaluado los resultados de los índices correspondientes a 2011. Tampoco «se regularizó la frecuencia de auditoría de las licenciatarias de modo de llegar a todas ellas por lo menos una vez al año».
Días atrás, Despouy se reunió con familiares de las víctimas de la explosión de Rosario, que ocurrió el 6 de agosto del año pasado en Rosario, en la concesión de la empresa Litoral Gas, y causó más de 20 muertes y múltiples heridos.
En la reunión de ayer, los auditores coincidieron en incluir formalmente en el plan de auditorías una actuación sobre el control que ejerce el Enargas en la ciudad santafecina.