«La Argentina está viviendo una revolución energética», sostuvo el jefe de Gabinete

El jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña, dijo hoy que «la Argentina está viviendo una revolución energética liderada por uno de los mejores equipos que tuvo en su historia el sector, encabezado por (el ministro de Energía) Juan José Aranguren».
«Además de resolver los temas pendientes (el ministro Aranguren) logró licitar obras por más de u$s 6.000 millones en proyectos térmicos y renovables», especificó Marcos Peña, durante un encuentro organizado por la Asociación Empresaria Argentina (AEA).
«En cada rubro había conflictos, deudas, disensos o malas políticas» y con las licitaciones realizadas «el objetivo de 8% de la matriz energética con fuentes renovables ya lo hemos licitado y adjudicado, cuando la meta era 2018», resaltó Peña.
Sostuvo luego que se lograron «precios muchos más bajos en energía térmica», y se avanzó en «reglas de juego previsible para la industria de petróleo y gas, que nos van a permitir desarrollar la oportunidad de (los hidrocarburos no convencionales de) Vaca Muerta».
En la apertura del encuentro, en el auditorio de la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes, el titular de AEA, Jaime Campos, destacó el «cambio de época que afortunadamente se ha producido en el último año, basado en los valores del diálogo, el respeto a las instituciones y la búsqueda de la verdad», por lo cual «es el momento oportuno para avanzar en la agenda de la inversión, en particular en el sector energético».
El jefe de Gabinete ponderó a su vez el diseño de «marcos tarifarios graduales y previsibles, que se están estableciendo para mejorar la inversión y el servicio que se ofrece a los consumidores y trabajar sobre la conciencia de que son recursos limitados».
«Se importa como producto de malas políticas: no fue magia, fue desidia y corrupción lo que llevó a la destrucción de la matriz energética pese a su enorme potencial», evaluó el funcionario nacional.
Confió luego en «cerrar este fin de año el marco de reglas de juego que están pendientes para ya poder largar una sana carrera de inversión y desarrollo que generen trabajo y futuro».
Peña enumeró en el comienzo de su disertación los progresos en materia de marco institucional, para evitar «los daños de políticas mesiánicas y autoritarias».
«El Parlamento -detalló- dialoga y obtiene grandes consensos; se ha dejado de intervenir, presionar y condicionar la tarea de los jueces y se dejó que hagan uso de sus facultades; y mejoró la libertad de expresión, luego de un poder que quiso interferir y amedrentar a todo aquel que piense distinto desde los medios de comunicación».
El jefe de Gabinete consideró un logro «el establecimiento de reglas macroeconómicas, la transparencia y los planes monetario, fiscal y financiero, con un presupuesto público creíble y una inflación en baja, que en el segundo semestre promedia el 1,5% mensual».
«Se resolvió además el problema cambiario, después del cepo, y se arregló con los holdouts, lo que permitió tener las tasas más bajas de la historia para financiarse y más crédito para ciudadanos y empresas», dijo Peña.
Remarcó por último que la hoja de ruta para el futuro se basa en el Plan Productivo Nacional y en el vínculo con el mundo: «este año tuvimos un récord histórico de jefes de Estado visitando la Argentina», luego de «muchos años de la mentira de que vivir con lo nuestro nos iba a generar el desarrollo necesario, cuando tenemos que vivir buscando exportar orgullosamente lo nuestro, con socios históricos o nuevos países para abrir mercados y traer inversiones».

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