AES Gener proyecta ampliar a 600 megawatts la capacidad de la red que vincula el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) chileno con el Sistema Interconectado Nacional (SIN) argentino.
La distribuidora trasandina AES Gener quiere multiplicar por tres la potencia de una línea eléctrica de 600 kilómetros que une el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) de Chile y el Sistema Interconectado Nacional (SIN) de la Argentina. La idea es que la red, que hoy se encuentra autorizada a transmitir unos 200 megawatts (Mw), esté en condiciones de elevar ese volumen hasta los 600 Mw.
De ese modo, la firma que controla el grupo estadounidense AES Corp. proyecta consolidar el intercambio de energía con el mercado argentino y dar un primer paso para extender sus lazos con Brasil y/o Paraguay.
A decir del gerente general de AES Gener, Felipe Cerón, la iniciativa requeriría sólo algunas inversiones menores, puesto que se usaría una línea que ya está 100% construida y en pleno funcionamiento, y se aprovecharía el total de la capacidad de la central TermoAndes, situada de este lado de la Cordillera, en la provincia de Salta. “Esta propuesta nos permitiría darle otro estatus a la interconexión, sobre todo considerando que a fines de 2017 estará operativa la línea que conectará al SING con el Sistema Interconectado Central (SIC)”, anticipó el directivo.
Debe destacarse que la conexión eléctrica entre Chile y la Argentina fue tendida en la década de los 90. Bajo la administración menemista, el país exportaba al mercado chileno tanto energía de origen termoeléctrico como abundantes volúmenes de gas natural. Sin embargo, con la abrupta caída de las reservas gasíferas la línea quedó en desuso en 2009.
AES Gener solicitó en 2013 los permisos correspondientes para volver a utilizarla, pero en sentido inverso, operación que activó el año pasado. Hoy, los 200 Mw que –en promedio– la distribuidora chilena inyecta al SIN constituyen un respaldo significativo para las crecientes exigencias energéticas de la minería del litio en provincias como Salta, Jujuy y Catamarca. Es por ello que el sector sigue con suma atención la posible expansión de la red.
Socios regionales
Dado que la Argentina no recuperará su autonomía energética en el corto plazo (no lo hará, de hecho, hasta la puesta en valor a gran escala de los recursos hidrocarburíferos no convencionales de Vaca Muerta), más de una nación vecina confía en volcar aquí sus excedentes de energía.
Bolivia, por caso, no se conforma con ser el principal proveedor de gas natural del mercado local, sino que también tiene previsto suministrarle electricidad. Su intención es destinar al país una parte de la producción de Termoeléctrica del Sur, planta ubicada en el Gran Chaco, dentro del departamento de Tarija, cuya fase inicial de operación ya está en marcha.
Cerca de cubrir la totalidad de su demanda eléctrica con fuentes renovables, Uruguay planea ubicar en el mercado argentino crecientes volúmenes de electricidad, además de enviar gas natural licuado (LNG, por sus siglas en inglés) desde las costas de Montevideo.
Chile, por su parte, no sólo apunta a potenciar sus despachos eléctricos a través de AES Gener, sino que también aspira a colocar en la Argentina el LNG sobrante de sus terminales Quintero y Mejillones. ›|‹