La actual coyuntura pone en riesgo el enorme potencial de sus recursos
Se la considera el segundo mayor reservorio de shale gas del mundo y uno de los mejores de shale oil. Pero, aun así, su viabilidad comercial se halla actualmente en peligro.
Por su potencial geológico, Vaca Muerta se ubica entre los principales plays de hidrocarburos no convencionales a escala global. En los últimos tiempos, la formación fue sede de perforaciones exitosas y de significativos avances en materia de gestión de costos. No obstante, la continuidad de su desarrollo deberá librar una batalla hasta hace poco imprevista, que excede el ámbito local y se vincula con el derrumbe del precio internacional del petróleo.
Gracias a la cantidad y calidad de sus recursos gasíferos, el Departamento de Energía de Estados Unidos la posicionó tempranamente como el segundo reservorio de shale gas del planeta. Adicionalmente, la consultora IHS la situó entre los principales 23 yacimientos de shale oil existentes fuera de Norteamérica.
Según una fuente de la gobernación neuquina, más allá de sus heterogeneidades Vaca Muerta presenta condiciones geológicas superiores a las registradas en muchos activos no convencionales estadounidenses. “Estamos hablando de una roca con una maduración superior, un espesor mucho mayor y una presión más conveniente”, detalla.
En la misma sintonía, Güimar Vaca Coca, director ejecutivo de Americas Petrogas –una de las petroleras que se encuentra operando en la formación–, apunta que la distribución extensa y continuada de su mineralogía permitirá transformar la cuenca Neuquina en el mayor centro de producción mundial de hidrocarburos no convencionales fuera del mercado norteamericano.
Para el ex secretario de Energía y ex timonel de YPF, Daniel Montamat, si de los recursos que alberga Vaca Muerta pudieran convertirse en reservas comercialmente explotables un 10% del gas natural y un 15% del petróleo detectable, “la Argentina no sólo estaría en condiciones de recuperar su autoabastecimiento dentro de algunos años, sino también de volver a exportar saldos a la región en función de la infraestructura existente”.
Costos en baja
A las expectativas que en teoría suscita el atractivo geológico de Vaca Muerta, deben añadirse los éxitos verificados en la práctica de su incipiente puesta en valor. El año pasado, por caso, YPF logró reducir en unos u$s 10 millones –de u$s 25 millones a u$s 15 millones– el costo de sus pozos horizontales de shale.
A decir de Pablo Bissotto, gerente de Recursos No Convencionales de la compañía, el ahorro fue posible gracias al know-how acumulado en Sol 4, una perforación horizontal efectuada en el bloque Loma Campana. “Allí conseguimos muy buenos resultados sobre la base de la aplicación de una metodología de producción controlada que luego replicamos en el pozo Sol 72”, explicó el directivo.
Según sus palabras, se obtuvo una productividad similar con una menor cantidad de fracturas y una mejor logística del traslado de agua y arena. “Próximamente daremos un salto de calidad en cuanto al acortamiento de los tiempos mediante la incorporación de equipos de perforación walking rigs, los cuales pueden trasladarse sin ser desmontados”, anticipó.
La disponibilidad de recursos hídricos tampoco parece ser un gran problema: un informe del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) ponderó a Vaca Muerta como una de las formaciones con mejor abastecimiento de agua del mundo. El relevamiento indicó que –gracias al gran caudal que aportan los ríos Neuquén y Limay– alrededor de un 70% del área presenta un estrés hídrico “bajo-moderado”, y son pocos los sectores que exhiben grados de estrés subterráneo “medio-elevado”. En suma, la formación garantiza la instrumentación de fracturas hidráulicas sin competir con otros usos del agua, como la agricultura y el consumo humano.
El nuevo desafío
Pese a todo lo enumerado, hoy la viabilidad comercial de Vaca Muerta no se encuentra totalmente garantizada. Según las estimaciones del CEO de YPF, Miguel Galuccio, ésta depende de un barril de petróleo situado por encima de los u$s 80. Otras previsiones, como la del grupo financiero Goldman Sachs, ubican ese límite en torno a los u$s 60 ó u$s 70. Lo cierto es que la actual cotización internacional del crudo (por debajo de los u$s 50) pone en jaque los ambiciosos proyectos de desarrollo en el play.
“Para su puesta en valor, será vital que los precios del petróleo se recuperen a niveles por encima de los u$s 70 y que nuestro país en su conjunto (funcionarios, instituciones financieras, políticos y público en general) dé señales sostenidas de conocimiento y madurez en el manejo de los temas energéticos”, advirtió Alejandro Jotayan, CEO de Andes Energía, otra de las petroleras con intereses en la zona.
Lo que está en juego, en definitiva, es el futuro energético y económico de la Argentina. De acuerdo con las estimaciones de Accenture, la explotación de Vaca Muerta podría aportar hasta u$s 67.800 millones por año al crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI), además de posibilitar la recuperación del autoabastecimiento energético hacia 2020. “El shale podría impulsar un repunte promedio de un 0,5% anual en la economía y promover, en consecuencia, un mayor bienestar para los argentinos”, indicó Pablo Pereira, director ejecutivo de Energía en la consultora.
Así, el peso del sector en el PBI –que hoy es de un 3%– se elevará hasta un 9% para 2035. “La actividad podría crear anualmente entre 19.900 y 21.700 puestos de trabajo durante el citado lapso, a la par de generar recaudaciones impositivas millonarias”, adelantó.
En los próximos 20 años, agregó, el Estado nacional podría captar unos u$s 128.000 millones en concepto de impuestos a las ganancias. Neuquén, en particular, se beneficiaría con el ingreso de u$s 86.000 millones por regalías y de u$s 32.000 millones por ingresos brutos. ›|‹