Así como el sur de la Argentina se destaca por sus vientos y el norte recibe una elevada cuota de radiación solar, Damián Bleger ve en la zona central un potencial enorme para el añadido de valor a los residuos orgánicos mediante aprovechamientos biomásicos.
La biomasa es la forma de energía predominante en la zona del centro del país. Así lo entiende Damián Bleger, coordinador de la Comisión de Energías Renovables de la Bolsa de Comercio de Rosario. “En el sur, el mayor potencial está en la generación eólica, mientras que en el norte reside en la solar. Nuestra región, en tanto, posee la mayor valoración de biomasa a escala nacional”, asegura.
Desde su perspectiva, la Argentina necesita una matriz energética mucho más diversificada que la actual. “En ese sentido, los aprovechamientos biomásicos constituyen una fuente de energía firme, de base, capaz de ser acopiada e integradora de las otras fuentes, que exhiben un rendimiento más oscilante. De hecho, pueden provenir de los residuos orgánicos más diversos: de la industria avícola, la ganadera, la porcina, la láctea, la arrocera, la maderera, etc.”, enumera Bleger, quien es directivo de Sidersa y fue subsecretario de Energía en Santa Fe entre 2011 y 2016. La gestión logística, reconoce, es uno de los principales ítems a considerar en el rubro. “Está estudiado que, para que los costos cierren, la distancia entre los proyectos no puede superar los 50 kilómetros a la redonda del centro de consumo”, precisa.
Aparte de otorgar valor agregado a los residuos, explica, la biomasa motoriza la ocupación. “Los últimos informes de las consultoras internacionales más reconocidas afirman que las energías renovables serán las mayores proveedoras de empleo en todo el mundo. La Argentina recién ahora está procurando crear recursos humanos calificados”, advierte el especialista.
En estos momentos, comenta, hay muchos profesionales que vienen del extranjero para de-sempeñarse en el segmento. “Si queremos tener más plantas de biomasa, complejos solares y parques eólicos, necesitaremos gente que pueda realizar su operación y mantenimiento”, resalta. Según sus palabras, además de cuidar el medio ambiente la biomasa puede contribuir activamente con la reducción de costos en la industria. “Puede ser un gran aporte, por ejemplo, para una firma láctea que está obligada a realizar una disposición adecuada de sus residuos”, comenta.
Menor escala
A decir de Bleger, por estos días el marco normativo y los incentivos vigentes colaboran con la expansión de las energías renovables en el país.
En este escenario, el acceso al financiamiento parece ser el punto más débil de la cadena de valor sectorial.
“Sin exagerar, la Argentina cuenta con recursos biomásicos, eólicos, solares y geotérmicos que están entre los mejores del planeta.
No obstante, hace falta un mayor respaldo financiero para garantizar el desarrollo de la actividad, a la par de resolver algunos desafíos técnicos significativos”, manifiesta. A su entender, la incorporación de 4.500 megawatts (Mw) de potencia renovable amerita el tendido de nuevas líneas de transmisión de alta tensión. “Hoy el Sistema Interconectado Nacional (SIN) está colapsado”, sentencia. Las obras licitadas bajo el formato de participación público-privada (PPP), anticipa, seguramente saldrán a medida que se vaya acomodando la economía. “Mientras tanto, podemos avanzar con la concreción de proyectos más mesurados de media y baja tensión”, concluye el experto. ›|‹
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