Su vicepresidente, Mario Bensimón, dijo que “la minería puede desarrollarse con altos estándares de calidad ambiental”. Y aseguró que esa entidad duplicó su cantidad de socios. Graficó que “cuando la escasez se vuelve palpable pierden fuerza los fanatismos ciegos y los promotores de miedos”.
El vicepresidente de la Cámara de Proveedores y Empresarios Mineros del Chubut, Mario Bensimón, pidió el debate minero en la provincia. “Es cotidiana la consulta de comerciantes y productores que quieren sumarse a la entidad en la convicción de que la actividad puede desarrollarse con altos estándares de calidad socio ambiental”.
Dijo que en 2018 “duplicamos la cantidad de socios” y remarcó que “el papel de los empresarios locales es exigir que la renta de la actividad quede en su mayor proporción en la provincia”.
“Fue un año raro y complejo por donde se lo mire, donde los intentos sectoriales de disminuir el impacto inflacionario marcaron la sensación de conflicto que copó la escena pública”, expresó el vice de CAPEM. “Para los sectores que hemos defendido la posibilidad de que la actividad minera se habilite en el Chubut y permita revisar la matriz productiva provincial herida de muerte, este 2018 tampoco ha sido un año más”.
Explicó que “hay quienes ven en el cierre del calendario de sesiones de la Legislatura la definición de un debate inexistente en el que la minería habría sido rechazada por omisión de tratamiento de los proyectos que tomaron estado parlamentario en este año. Se equivocan”.
Sostuvo que “las definiciones sociales maduran con el tiempo y se modifican a medida que también se modifica el contexto. Y en esa línea de pensamiento, este 2018 ha sido trascendental”, dijo.
Consideró que “al protagonismo inicial de los principales líderes regionales de la Meseta Central chubutense, en su reclamo por el desarrollo de la actividad minera, se le sumó un impresionante acompañamiento de actores sociales que, encolumnados en organizaciones intermedias representativas de diversos sectores del comercio y de la producción, o a través de expresiones individuales, alzaron su voz reclamando desarrollo. Este nuevo escenario, evidente para cualquier observador sensato, se percibe día tras día, en los medios, en las redes sociales, y en la calle”.
Señaló que “es probable que como pretenden instalar algunos con la intención de devaluar estos reclamos, la crisis económica influya en el cambio de humor social respecto a la actividad minera. Es habitual que cuando la escasez se vuelve palpable pierdan fuerza los fanatismos ciegos, los promotores de miedos, los instaladores de prejuicios que son incomprobables desde lo científico”.
“Pero también es inobjetable, al menos a partir de las mediciones de opinión pública, que día tras día confirman la tendencia, que el sector minero ha podido romper en este 2018 las barreras del miedo, e ingresó definitivamente en los hogares a través de información científica y con la sensata propuesta de debatir públicamente”, dijo y agregó que “los medios son propaladores inobjetables del debate en las calles y durante el 2018 fue notorio que la cuestión minera, a través fundamentalmente de los ciudadanos que reclamaron legítimamente su habilitación, se mantuvo en la agenda pública”.
Finalmente remarcó que “si bien es cierto que los vaivenes de la política desaniman a quienes pretendemos encontrar intercambio de ideas despojado del egoísmo propio de momentos electorales, confiamos que la evolución del humor social respecto a la necesidad de discutir la cuestión minera, y la matriz productiva de una provincia que encuentra hoy en el Estado al empleador casi excluyente, nos encontrará brevemente dando nuestra visión de la existencia de una provincia distinta, donde el acceso al trabajo sea prioritario”.#
Fuente: Diario Jornada
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