Los últimos tres meses marcaron el avance de La Cámpora, la organización política fundada por Máximo Kirchner, en el sector eléctrico. En enero logró promover a Esteban Kiper, un economista cercano al titular del Palacio de Hacienda, Axel Kicillof, como vicepresidente de Cammesa, la empresa que administra el mercado eléctrico. Kiper, ex vicepresidente de la Casa de la Moneda, tomó el lugar de José Sanz, un histórico de Cammesa que se encolumnaba bajo la órbita del secretario de Energía, Daniel Cameron, y del ministro de Planificación, Julio De Vido.
Si esa jugada fue interpretada en la industria eléctrica como una avanzada de La Cámpora en el control de Cammesa, la principal importadora de combustibles (compra los cargamentos de gasoil y fuel oil para generar energía), el desplazamiento de los dos auditores técnicos de la compañía -oficializado el lunes de esta semana- no hace más que confirmar esa lectura.
Por decisión de Juan Manuel Abud, gerente general de Cammesa, y de Nicolas García Cramer, su mano derecha, ambos designados por Kicillof, el lunes fueron cesanteados Eduardo Johansen, director de Sistemas de Información, y Sabino Mastrángelo, jefe de Auditoria de Cammesa. Se trata de dos cuadros técnicos con más de 30 años de carrera en la compañía administradora.
“Les comunicaron que su perfil no era el adecuado con la nueva línea política de Cammesa”, expresó a El Inversor Online un directivo que pidió la reserva de nombre.