La canadiense Orocobre confirmó que producirá litio en Jujuy a partir de 2014

La Argentina posee uno de los reservorios de litio más grandes de todo el mundo, lo que la posiciona en un lugar estratégico en el mapa energético, dado que el mineral es clave para las baterías de dispositivos de tecnología móvil y de los autos eléctricos. Sin embargo, mientras se multiplican los proyectos para extraer y exportar el litio, la posibilidad de industrializar la materia prima continúa siendo un sueño lejano en el horizonte. Según Iprofesional, la semana pasada, la Secretaría de Minería dio a conocer que en agosto de 2014 la mina de litio del Salar de Olaroz, que gestiona mayoritariamente Orocobre, comenzará su producción comercial a un promedio de 1.500 toneladas mensuales de carbonato de litio. «Una vez que comience la producción plena, será equivalente al consumo total de litio actual de Japón», le confirmó el presidente de Japan Oil, Gas y Metal National Corporation (Jogmec), Hirobumi Kawano, al Gobierno argentino en los últimos días. Esta mina está en 66,5% en manos de la canadiense Orocobre, otro 25% corresponde a la automotriz Toyota y el 8,5% restante lo posee Jemse, la empresa estatal jujeña de minería. El precio de la tonelada de litio ascendió considerablemente en los últimos años, hasta tocar los 6.000 dólares la tonelada. De acuerdo con la consultora A.T. Kearney, la demanda de litio para producir baterías de autos alcanzará para 2020 en volumen 74.000 millones de dólares. La industrialización del litio es todavía más tentadora, dado que sobre el total de una batería de un automóvil, que puede salir cerca de 20.000 dólares, el costo del litio es de apenas 3 por ciento.

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