Frente a los reiterados aumentos registrados en el precio de las naftas en los últimos meses, el gas natural comprimido (GNC) ha vuelto a convertirse en una alternativa válida para los automovilistas. Si bien el combustible gaseoso nunca perdió su vigencia y siempre significó un ahorro importante, este año recuperó terreno llevando la cantidad de conversiones de motores nafteros a cifras dignas de destacar. Según el Enargas, en el país hay 1.535.165 vehículos que circulan a GNC. De acuerdo con Diario Uno, la cifra supera la marca récord de 2012 y la de 2004, año de mayor esplendor de este combustible. En el mes de mayo las conversiones de automóviles a GNC crecieron un 14% con respecto al mismo mes de 2012, alcanzando la cifra de 13.869 traspasos emparejando las 13.895 de enero, hasta ahora la más alta del año. De este modo y según el Enargas, el parque automotor argentino a GNC alcanzó la marca más alta de sus 30 años de historia en el país. Las estaciones de carga también ampliaron su participación en el mercado, el número de bocas se eleva a 1.939. La coyuntura actual favorece a este combustible debido a los menores precios respecto de otras alternativas como las naftas y el gasoil, sumado a la seguridad en la disponibilidad a futuro debido al descubrimiento de nuevos reservorios que garantizan la provisión por al menos 500 años. A esta situación se suman las nuevas tecnologías de equipos de GNC de quinta generación que le han dado un gran impulso a esta industria. La alta performance de estos nuevos dispositivos para vehículos de mediana y alta gama ha logrado renovar la confianza de los consumidores que vuelven a inclinarse por esta alternativa.