La década ganada de los áridos: de rubro menor a pilar de la minería nacional

Según cifras oficiales, el segmento se expandió un 350% en 10 años

Los minerales áridos eluden el estancamiento de otros segmentos y van por más. La producción de esos recursos, que hoy llega a unas 3,5 toneladas per cápita anuales, podría trepar a 6 toneladas para 2019.

Jorge Mayoral, titular de la Secretaría de Minería
Jorge Mayoral, titular de la Secretaría de Minería

A más de un funcionario del Gobierno nacional se le está haciendo imposible seleccionar y difundir indicadores positivos en materia productiva o laboral para combatir la idea de que la economía argentina se ha estancado o ha ingresado en recesión. No es el caso de Jorge Mayoral, titular de la Secretaría de Minería, quien siempre sorprende con un as bajo la manga.
En momentos en los que la exploración metalífera sigue en caída libre y escasean los nuevos anuncios de inversión, el directivo indicó que el rubro de los minerales áridos creció unas 3,5 veces durante los últimos 10 años, con una suba
inédita en la tasa de natalidad de emprendimientos.
Según los datos que maneja su cartera, hoy el segmento produce alrededor de 145 millones de toneladas (Tn) anuales, volumen equivalente al consumo de 3,5 Tn por habitante en lugar del promedio de 1 Tn registrado hace una década. “Históricamente olvidado, hoy el segmento es un genuino motivo de orgullo para toda la industria minera. El ciclo exitoso que está atravesando tiene una duración sin precedentes”, aseguró Mayoral.
Consultado sobre el principal motor de esta tendencia, destacó la mayor presencia del Estado a lo largo y ancho del país. “Desde 2003, la obra pública dejó de ser vista como un gasto para concebirse como una inversión, lo que se tradujo en miles de kilómetros de autopistas, la creación de puertos, la puesta en valor del ferrocarril y la instalación de nuevas redes de alta tensión, entre otras iniciativas de infraestructura sumamente importantes. Ante este escenario, la producción de cemento se multiplicó y se reactivaron cientos de proyectos de áridos”, subrayó.
Una de las características más interesantes del crecimiento del mercado, acotó, tiene que ver con el desarrollo alcanzado por los emprendedores. “En este período, por primera vez pudieron comprar maquinarias y los bancos no se las vinieron a quitar”, remarcó.
El próximo desafío, añadió, apunta a prácticamente duplicar la vigente capacidad productiva. “Para 2019, queremos llegar a un consumo anual equivalente de 6 Tn de áridos por persona”, anticipó.

El caso neuquino

Neuquén es una de las provincias que más réditos ha obtenido de la reactivación del mercado de los áridos en la última década. Por estos días, suman nueve las empresas habilitadas para extraer áridos en las 20 canteras activas dentro del territorio neuquino.
La rentabilidad del segmento es elevada, ya que cada Tn puede llegar a rendir más de $ 1.000 limpios; es decir, descontando los sueldos, los costos productivos y los impuestos (y cada área puede producir cientos de miles de Tn por año).
Debe advertirse, por otro lado, la existencia de muchos puntos extractivos ilegales, ya que los controles son difíciles de implementar y las multas fijadas por la ley resultan irrisorias.
A decir de Carlos Portilla, la Dirección Provincial de Minería está trabajando arduamente para regularizar esa situación, además de poner el foco en la remediación de las zonas abandonadas. “Finalizada cada explotación, los trabajos de saneamiento incluyen el perfilado de taludes, la devolución de suelos a la cava generada y la promoción de condiciones edáficas que permitan la repoblación de la vegetación”, aseguró.  ›|‹

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Estabilidad y resistencia

Se denomina árido al mineral granulado que se utiliza como materia prima en la construcción. Se diferencia de otros recursos mineros por su estabilidad química y su resistencia mecánica, además de caracterizarse por su gran amaño.
Según su origen, los áridos pueden ser naturales, artificiales o reciclados. Entre sus principales aplicaciones figuran la confección de hormigones y morteros, los rellenos, las escolleras, los balastos de vías férreas, las bases y sub-bases de carreteras y los aglomerados asfálticos.

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