El presidente de YPF, Miguel Ángel Gutiérrez, afirmó que los hidrocarburos no convencionales «van a ir ganando espacio», aunque el petróleo y gas convencional «tienen recorrido todavía y vamos a mantener la producción», aunque el vicepresidente de Administración y Finanzas, Daniel González, advirtió que «no asignamos proyectos en base a mantener un equilibrio entre cuencas; los pozos tienen que funcionar con este precio del crudo en US$ 50 por barril».
Ambos directivos concedieron entrevistas a los diarios «El Cronista», «La Nación» y «Clarín» para ampliar la información difundida sobre el Plan Estratégico 2018-22 de la empresa, que fue presentado en la Bolsa de Valores de Nueva York.
Gutiérrez destacó que «a partir de 2019 la compañía tiene que pagar dividendos», y el objetivo es que esos pagos representen en 2022 «no más de un 5% de inversión, como hacen otras compañías internacionales equivalentes».
El titular de YPF señaló que «empieza un proceso donde el gobierno va a subsidiar solamente la producción nueva no convencional en la cuenca Neuquina», mientras el futuro se asentará en «la contractualización» entre privados, que alcanzará «al 75% del mercado en 2022, con precios similares a los de hoy en torno a los US$ 5 a US$ 5,5 por millón de Btu (unidad térmica británica)». «Los subsidios se irán muriendo y estarán orientados hacia la demanda. Es bueno para el sistema llegar a un mercado libre y tenemos que reunirnos con el gobierno, porque esto se va a dar en los próximos meses», anticipó Gutiérrez.
El directivo descartó además que YPF vaya a participar en el negocio de gas importado con un planta de regasificación: «creo que no», sostuvo, mientras González precisó sobre las cuentas del anterior Plan Gas que «el gobierno nos pagó hasta diciembre de 2016 y nos adeuda cerca de US$ 600 millones».
Gutiérrez y González atribuyeron la baja en la producción petrolera, hasta su menor nivel en más de dos décadas, a «problemas de climatología en la cuenca del Golfo San Jorge; inundaciones en Chubut y nevadas; y también hubo caídas de líneas troncales de provisión de energía eléctrica en Neuquén».
El déficit de YPF el año pasado, en tanto, obedeció a que se consideraba un «barril criollo» a valor de US$ 84, pero «el gobierno nos dijo que fuéramos al mercado libre y establecimos un precio de US$ 55 para valuar nuestros activos. En lugar de esperar, decidimos hacerlo en los números del tercer y cuarto trimestre».
Las mejoras previstas en el próximo quinquenio, sin embargo, permitirán reducir los compromisos financieros, que hoy rondan los US$ 8.000 millones.
«Proyectamos que el Ebitda (ganancias antes de impuestos y amortizaciones) crezca 10% por año y para fines de 2022 la deuda sería de 1,5 o 1,6 veces el Ebitda, en relación a 2 veces que tenemos hoy», dijo Gutiérrez.
Puntualizó además que la estrategia quinquenal de YPF lleva implícita una reducción de costos del 20% y confió en «que nuestros empleados entiendan la magnitud del desafío que implica la ejecución de este plan».
Sobre el precio interno de los combustibles, que esta semana aumentaron entre 9% y 12%, los directivos descartaron ajustes diarios o semanales como se aplican en otras partes del mundo en función de cómo se mueve el dólar, «excepto que haya shocks externos». «Si hay tranquilidad de precios internacionales va a haber estabilidad acá», afirmó González.
El titular de YPF, a su vez, explicó que «cada compañía deberá hacer un balance interno y fijarse cuál es el tipo de cambio, los inventarios y los márgenes en la refinación de cada producto, que pueden variar», todo lo cual «impondrá una disciplina distinta en el negocio». «Hoy está un poco más claro el registro de importaciones y aún sigue pendiente cambiar la normativa para los biocombustibles. En los próximos meses habrá un mercado totalmente libre, con posibilidad irrestricta de exportar e importar», añadió Gutiérrez.